Hasta el momento las bodegas gallegas no han notado los efectos del Brexit, pero los mensajes son poco tranquilizadores, reconocen los representantes de la denominación. Y es que la devaluación de la libra frente al euro puede ser un serio handicap -la botella de vino saldrá más cara a los británicos-, como ya advirtieron en varias ocasiones diferentes bodegueros. "Frente a eso habrá que hacer más labor de comunicación", explican en el Consello.

También se reconoce cierta preocupación por las repercusiones que pueda tener la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. "Lo primero que hay que hacer es intentar que la UE acabe de firmar el acuerdo comercial con Estados Unidos, parado durante años; el principal escollo es que no quieren reconocer la especificidad de los vinos con denominación de origen", si bien por el momento la paridad y la fortaleza del dólar está ayudando a las exportaciones de los caldos de Rías Baixas.

Y esto, en buena lógica, permite que Estados Unidos siga siendo el principal importador mundial del albariño protegido.