Todas las cuerdas cortadas y el mejillón en el fondo. Esa es la situación con la que se encontró en la mañana de ayer el patrón mayor de A Illa, Ángel Manuel Iglesias, después de que unos desconocidos la "picasen" toda la producción del parque flotante que comparte con otra familia en el polígono Cambados C. Lo ocurrido ha sido puesto en conocimiento de la Guardia Civil, que se encuentra investigando los hechos para determinar quienes pueden ser los responsables de esta acción. Todo apunta a que los responsables de "picar" las cuerdas lo hicieron en la madrugada del sábado o del domingo, aunque no fue descubierta la situación hasta el día de ayer por la mañana
Fuentes próximas a la familia del patrón mayor en funciones apuntaban ayer que la pérdida económica que han sufrido por esta acción es "brutal" ya que se han llevado por delante la cosecha comercial de este año, el desdoble y toda la cría que había en la batea con vistas al próximo año. El coste económico que le ha podido causar el corte de todas las cuerdas de la batea está todavía por determinar, aunque todo apunta a que no desciende de los 25.000 euros, un duro golpe para "el sustento de las dos familias".
Se da la circunstancia de que el patrón mayor tenía el barco en seco y tenía previsto devolverlo al mar en la jornada de hoy, una decisión que tanto él como su socio se vieron obligados a adelantar a ayer para intentar salvar algo de las cuerdas, que se encuentran a una profundidad de unos 40 metros aproximadamente. Las tareas para recuperar las cuerdas son complicadas y existen pocas esperanzas de que se pueda salvar la producción, más allá de una parte mínima, por lo que el golpe económico y moral para ambos socios es muy duro, reconocían ayer allegados a las dos familias.
Acto "cobarde y vil"
En los cuatro años que Iglesias ha ejercido como patrón mayor de A Illa nunca había sufrido una situación similar. En principio, se ignoran los motivos, aunque no se descarta que se pueda deber a una especie de posible "venganza" por alguna decisión adoptada en la cofradía.
Compañeros bateeiros del patrón mayor de A Illa, donde la noticia se extendió como la pólvora, censuraban este tipo de actos que "no solo suponen un golpe económico bestial para el que lo sufre, sino que también vienen acompañadas de una sensación de impotencia total, porque eres incapaz de entender porque hay personas capaces de realizar un acto tan cobarde y tan vil".
