Cinco años aproximadamente. Ese es el tiempo que calculan los arqueólogos que están trabajando en el proyecto de recuperación de la antigua fortaleza de Lobeira, en Vilanova de Arousa, una actuación que trata de impulsar la Diputación de Pontevedra y que cuenta con la colaboración del Concello y de los comuneros, propietarios estos últimos de los terrenos. Así lo especificó en la jornada de ayer el alcalde y presidente de la Mancomunidade de Municipios de la Comarca de O Salnés, Gonzalo Durán.

El objetivo es que los arqueólogos comiencen a trabajar sobre el terreno, explica Durán, a principios del próximo año, para lo que es necesario la firma de un convenio a tres bandas: Diputación, Concello y comuneros. El propio regidor va a presentar el próximo martes un borrador de ese convenio a los comuneros, el cual es clave para que comiencen los trabajos. Durán apuntó ayer que recuperar Lobeira es "recuperar una gran parte de la historia de O Salnés, ya que este monte, además de ser la principal atalaya de esta comarca, en él se pueden encontrar restos del megalítico hasta nuestros días, por eso era necesaria una intervención arqueológica importante, como la que pretendemos hacer en estos momentos".

En la cima del monte se han hecho ya algunas prospecciones, como la que encabezó el arqueólogo Vicente Caramés en la década de los 90 o la impulsada por los propios comuneros en 2008, pero "ninguna tuvo la profundidad que pretendemos alcanzar con esta, que calculamos que se extenderá durante el próximo lustro y nos va a permitir descubrir cómo era la fortaleza en la que se refugio Doña Urraca en la Edad Media".

Precisamente, el nombre de Doña Urraca ha sido elegido para un nuevo mirador que se ha construido en una pequeña loma cercana al estacionamiento de Lobeira. Ese acondicionamiento forma parte de una serie de actuaciones acometidas por la Mancomunidade de Municipios de la Comarca de O Salnés en las inmediaciones de la cumbre de Lobeira con el fin de convertirlo en uno de los principales puntos turísticos. La intención "es facilitar a mucha gente, a la que le costaría superar el centenar de escaleras que llevan al mirador de la cruz, los magníficos paisajes que ofrece esta atalaya de la ría de Arousa y de casi toda la comarca".

El acondicionamiento del mirador firma parte de una serie de actuaciones mucho más amplia en la que se invirtieron 80.000 euros por parte de la Mancomunidade. Con ese dinero se instalaron varios paneles explicativos sobre la antigua fortaleza y su importancia en la etapa medieval, además de vallar toda la zona del estacionamiento, y sobre todo, recuperar el más de un centenar de escalones que llevan hasta la cumbre del monte, donde se supone que estaba la antigua torre del homenaje del castillo. El dinero también dio para limpiar en profundidad las cinco hectáreas de terreno que rodean el mirador, que va a cuidar la Mancomunidade.