Vacas preñadas, caballos, cerdos, ovejas, gallinas y conejos, incluso una pony con su cría nacida 24 horas antes son los verdaderos protagonistas de la Feira Labrega que ayer cumplió su primer lustro y que se ha convertido en una verdadera fiesta de época en la que no faltaba ni un detalle.

La cita surgió para rememorar las multitudinarias ferias de ganado de principios de siglo en esta parroquia de Meis y ayer se comprobó que va camino de igualarla en expectación.

Cristina Torres, una de las organizadoras de esta edición, se mostraba ayer exultante por la enorme asistencia de público y también de expositores. Y aunque la celebracíón tenía como término las ocho y media de la tarde era consciente de que a las doce de la noche continuaría las carreras de sacos y de barriles "que espero estén igual de animadas que el pasado año".

Al despuntar el día comenzó la Feira y pronto comenzaron a llegar los primeros artesanos que colocaron sus puestos. Había desde herreros a latoneros y un carpintero que se hartó de hacer "cuncas" y platos de madera.

Pero la ocasión lo merecía. Los asistentes se sumergieron en la época y acudieron ataviados con trajes adecuados para la ocasión, desde campesinos a mercaderes, pasando por los disfraces de guardia civil "que se tomaban su trabajo muy en serio".

Y es que los agentes se pasaron parte de la mañana tratando de localizar a los "fugitivos" cuyas fotos aparecían en los carteles colocados en árboles y puestos de venta.

También hubo demostraciones de malla y otras actividades agrarias de la época, así como exposiciones de material y aperos de labranza.

En definitiva toda una exhibición de medios e ingenio que sumergía a los asistentes en una verdadera feria gallega de antaño.

Como tal feria, a la que siempre se llega exhausto con la mercancía, en ella no faltaron los puestos gastronómicos.

En uno de ellos se ofreció un "carneiro ao espeto" que estaba delicioso, a juicio de los que tuvieron la oportunidad de degustarlo.

Pero también había puestos de chorizo al vino, criollos, algo de churrasco, callos y de postre, filloas y queso con membrillo, recuerda Cristina Torres.

La jornada también se condimentó con música y teatro del bueno, pues ni faltó la Banda de Meis ni Fátima Rey, responsable de ValleInnova con su puesto de lectura de manos.

El día también estuvo amenizado por la compañía Tatana Teatro y los grupos folclóricos "Os Druídas" y "A Roda Pequena de Paradela", las cantareiras "Madialeva" y la Banda Escola Municipal y de Vertula.