Medio centenar de personas se concentraron ayer por la tarde ante la sucursal de Novagalicia Banco de A Illa para pedir una solución a las participaciones preferentes. La protesta duró un par de horas, y en un momento dado muchos de los afectados empezaron a tirar huevos contra la fachada y las cristaleras del banco.

Con anterioridad habían pegado pancartas de protesta en los vidrios, y en ese momento el guardia privado de seguridad del banco bajó las cortinillas y cerró la puerta. Poco después, la plataforma comprobó que los trabajadores habían apagado las luces del interior y que ni siquiera abrieron la puerta a los cuatro o cinco clientes que se acercaron por la tarde a la oficina. Ayer fue la primera vez que las víctimas de las preferentes pararon la actividad de Novagalicia Banco en A Illa.

Los vecinos iban vestidos con fundas blancas, similares a las que emplearon los voluntarios para retirar el petróleo del Prestige, y tapaban la boca con mascarillas. De ese modo querían simbolizar que son víctimas de productos financieros "tóxicos".

La movilización de A Illa se produce un día después de que el anuncio de protesta de una vecina de Meaño obligase a la Guardia Civil a desplazar varias patrullas a la sucursal de Dena –al tiempo que el banco contaba con un vigilante privado en el interior– y propiciase una concentración espontánea de afectados en la localidad meañesa, entre los cuales incluso se encuentra un concejal del PP.

Se sumaron a la movilización de A Illa los responsables local y comarcal del BNG, que sugirieron a los vecinos trasladar sus protestas a otras localidades, para de ese modo hacer más visible socialmente el problema. El portavoz de los vecinos de A Illa asegura que en el banco les pide paciencia. "Dicen que en junio entrarán los inversores nuevos, y que a partir de ese momento mejorará la imagen del banco y aumentará el precio de las preferentes, con lo que podremos recuperar el dinero. Pero llevan diciéndonos esto desde marzo, así que no nos fiamos".