Recibir o impartir clase en el instituto de A Illa puede ser un auténtico suplicio. Así lo constató la parlamentaria nacionalista Carme Adán, que ayer visitó las dependencias del IES para comprobar de primera mano que las denuncias de los padres no son precisamente un capricho. Acompañada de los padres de alumnos, visitó aquellas aulas en las que existen problemas, comenzando por una clase de segundo de ESO, donde 26 alumnos se apelotonan en menos de 50 metros cuadrados. La ausencia de espacio es tal que algunos tienen que sentarse con su mesa pegada a la pared del encerado, lo que les impide ver con comodidad lo escrito en la pizarra.

Pero lo que más llama la atención es la ausencia de espacios comunes en todo el centro, debido a que se han ido realizando modificaciones periódicas para crear nuevas aulas. Así, mientras la nacionalista iniciaba su visita, una profesora se veía obligada a atender a unos padres en pleno pasillo al carecer de un espacio adecuado para recibirlos.

El siguiente paso fue acompañarla al aula que se encuentra encima de las gradas del pabellón, en la que los alumnos reciben la asignatura de Plástica. A ella se llega por un largo pasillo, parte del cual está forrado con un tablón de madera con aspecto frágil, que evita que los alumnos puedan precipitarse al vacío y caer sobre la pista del pabellón. Pero entrar en ese aula es como descubrir una sauna. Nada más cruzar la puerta, el calor que se acumula en ella por causa del tejado metálico golpea en la cara y hace prácticamente imposible permanecer en ella durante mucho tiempo. De hecho, el pasado martes por la tarde, el profesor se vio obligado a suspender las clases porque resultaba imposible permanecer en el aula. El aire acondicionado con el que cuenta no funciona y tampoco dispone el centro de fondos para repararlo.

La escala siguiente es el aula de informática, ganada a la biblioteca, donde solo existen 24 ordenadores y el espacio justo para que los alumnos puedan sentarse, por lo que los dos grupos de Segundo de ESO, con 26 y 27 alumnos respectivamente, no caben y van a tener muy difícil continuar con su formación en TIC´s.

La clase de audiovisual también está situada en un antiguo almacén, y eso que el centro ha recibido recientemente un premio en reconocimiento al trabajo de investigación realizado por los alumnos.

En definitiva, explican los padres "no contamos con un solo espacio para usos comunes". A ello hay que añadir las reivindicaciones que realizan para este curso y que Educación les niega, el desdoble de segundo curso en tres grupos para evitar su masificación y medio profesor más de Pedagoxía Terapéutica.

La parlamentaria nacionalista se comprometió a presentar una iniciativa parlamentaria para que "Xesús Vázquez, conselleiro de Educación, explique los motivos por los que se mantiene este centro en estas condiciones, porque impacta entrar en alguno de los habitáculos en los que se da clase". También incide en que deben explicarse los motivos por los que se está recortando en la educación pública "mientras se amplían los conciertos con centros de carácter privado".

Mientras, desde la Consellería de Educación se explicaba ayer que, tras la manifestación en la que participaron entre 1.500 y 2.000 personas, no tenían nada que decir al respecto. "Seguimos realizando un estudio sobre si es necesaria la ampliación, y en cuanto a número de profesores, el instituto cuenta con el número que necesita, como todos los centros de la provincia de Pontevedra", explicaban.

En A Illa van a seguir las movilizaciones en los próximos días. La más inmediata es la que se celebra mañana en las dependencias del propio centro, donde la comunidad escolar tiene previsto empapelar todas las paredes con lemas reivindicativos.