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Javier Landín: "La ilusión es importante, después viene el trabajo"

El pontevedrés creó la empresa hace casi medio siglo y la situó entre las de mayor facturación de España

Javier Landín. // G.S.

Javier Landín (Pontevedra, 1945) creó la empresa que llevaría su nombre hace 48 años. Comenzó el solo, como empresario y trabajador, una dura y larga trayectoria que le ha llevado a situar su proyecto entre las pymes mejor posicionadas a nivel nacional. Ahora cuenta con cerca de cuarenta empleados, entre informáticos y asesores. Su candidatura a los Premios Cidade de Pontevedra fue presentada por las asociaciones de empresarios Aempe y AJE.

-Su candidatura ha sido presentada por Aempe y AJE...

-Sí. Les llamé el otro día y les pregunté cómo me habían hecho esto (risas). Me contestaron que pensaban que me merecía el premio, por los cursos gratuitos de informática que impartimos aquí, pero yo nunca me lo hubiera imaginado.

-¿Cuándo nació la empresa?

-Hace 48 años, un tiempo en el que la tecnología no tenía nada que ver con la de hoy día. Saber adaptarnos a los tiempos no fue nada sencillo. Es quizás lo que más llama la atención al sector. En Pontevedra, por ejemplo, había entonces Olivetti, a nivel nacional, estaban en Vigo Gispert, Philips, Guillamet... Eran empresas punteras. Atreverse a luchar contra ellas era complicado. Resulta que al cabo de 48 años solo quedó aquí Landín informática.

-¿Por qué se metió de lleno en este sector?

-Pues tiene una explicación muy curiosa. Al terminar mis estudios, realicé prácticas vendiendo tuberías para suministrar agua a las poblaciones. Había que estudiar la repercusión de los costes y para hacerlo se necesitaban calculadoras. Ahí se me ocurrió la idea, de montar una tienda en la que vendiese máquinas de escribir y calculadoras.

-La "informática" de aquel entonces...

-Efectivamente. Fue una satisfacción muy grande, como también lo era hacer llegar el agua a las viviendas.

-¿Compaginó ambas profesiones?

-No, después ya me dediqué solo a la tienda. Inicialmente se vendía más material de oficina que máquinas de escribir.

-¿Empezó solo?

-Sí. Era yo solo. Tenía que vender en la tienda, pero también montar lo que vendía. Fui muy afortunado porque mi mujer lo entendía y me apoyó totalmente. No fue solo una vez la que me tuve que quedar sin dormir, montando estanterías toda la noche y yendo a casa a ducharme y volver al trabajo.

-La dura vida del emprendedor...

-Muchas veces la gente te dice que los tiempos de ahora son peores, pero yo creo que no. ¿Quién está dispuesto a estar toda una noche sin dormir montando estanterías para empezar a levantar una empresa?

-¿Qué fue lo más difícil de adaptar la empresa a los nuevos tiempos?

-Lo más difícil es ver por dónde van a venir las cosas en el futuro.

-¿Ser un visionario?

-Sí, hay que serlo un poco. Cuando comenzamos con los teléfonos móviles, por ejemplo, si lo usabas te llamaban cursi. Ahora ya no son ni siquiera teléfonos, son pequeños ordenadores.

-¿Cuál es la clave del éxito?

-El trabajo. Primero hay que poner ilusión porque es muy importante. Después vienen el esfuerzo y el trabajo. Nosotros en estos momentos ocupamos el segundo puesto de pymes con mayor facturación en España. No es fácil conseguir ese lugar.

-¿Qué servicios ofrece la empresa actualmente?

-De informática en general. Creamos muchos programas informáticos que vendemos incluso fuera de España. Hace falta tener un buen equipo detrás.

-¿Y los cursos?

-Los ofrecemos de forma gratuita a todo el mundo, trabajen o no trabajen, porque creemos que la formación es muy importante. Es algo muy positivo. Llenamos las salas constantemente. También formamos a los distribuidores, por lo que traemos semana sí semana no de gente de fuera. En muchas ocasiones hemos llenado los hoteles de Pontevedra con nuestra red de distribución.

-Una ciudad a la que está muy vinculado. ¿Qué destacaría de la Pontevedra actual?

-Que es una ciudad maravillosa con unas posibilidades tremendas. Todavía se pueden sacar más cosas de ella de las que se han sacado. Tenemos que saber comercializarla.

-¿En qué sentido?

-Tiene muchísimas posibilidades, sobre todo como centro neurálgico, para que desde aquí se trasladen a otros puntos de la comarca. Cuando vienen aquí los distribuidores los llevamos a muchos sitios.

-¿Qué significaría para usted ganar este premio?

-Me haría muchísima ilusión. He vivido toda la vida aquí, y eso que tuve propuestas para trasladar la empresa a Vigo que no acepté. Preferí quedarme aquí. Ahora nos movemos por toda España y fuera, pero nuestra base está aquí.

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