Cuando el gobierno local anunció hace tres años la reforma de este barrio, planteó para la calle Lepanto -como para las que la circundan- un acabado en superficie similar al de las obras realizadas en el entorno, a fin de mantener una coherencia urbana. Es decir, losetas de color naranja en las aceras, con tiras de una piedra natural y una banda de adoquines gris delimitando las áreas de aparcamiento, servicios y carga y descarga. Se presupuestó la obra de Javier Puig en 437.328 euros, José Millán recibiría 285.234 euros, mientras que para la calle de Lepanto, por ser más estrecha, se anunciaba una plataforma única, en la que convivirán peatones y vehículos, en todo caso con un "presupuesto similar al de la calle José Millán", dijo el entonces edil de Urbanismo, Antón Louro.

En enero de 2015, el departamento de Urbanismo del Concello aseguraba que tenía "prácticamente redactados los proyectos de reforma de las calles Lepanto, Javier Puig y José Millán", y que se adjudicarían "en un breve espacio de tiempo", dijo el entonces teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, Antón Louro, en una visita al barrio de San Antoniño.