A pesar de que la previsión meteorológica avanza que la alerta por sequía tendrá que continuar activada durante una buena temporada, Francisco Marín garantizaba ayer que "el abastecimiento a la población sigue atendido", y que no hay ningún riesgo al menos "en el medio y corto plazo".

Se refería el presidente de la CHMS al servicio a las "aglomeraciones urbanas de cierta dimensión" como la capital ourensana. Y recordaba que la demarcación Miño- Sil está caracterizada por la dispersión de la población. En ella existen más de 11.800 núcleos. "Sabemos que la sequía que atravesamos ha obligado a muchos de ellos a abastecerse con cisternas, ya que las captaciones habituales no tienen el suficiente caudal para satisfacer la demanda", reconocía.

Otra cosa distinta son los usos secundarios. Estos, si la situación continua como hasta ahora, sí que acusarán los efectos de la seca. "La situación puede llegar a volverse preocupante en los ámbitos del aprovechamiento hidroeléctrico o industrial, como en la próxima campaña de regadío", alertaba Francisco Marín.