el ridículo

La reacción de ese, para Marín, nefasto personaje de la política gallega que se llama Enrique López Veiga y ocupa el puesto de presidente del Puerto de Vigo es puramente ridícula e infantil después de que su propio "jefe" desde Madrid le haya explicado con toda claridad que el cambio de actividad de una empresa de un puerto a otro es cosa puramente por criterios empresariales y en ello nada tienen que hacer las autoridades portuarias que han de saber, eso sí, gestionar debidamente los recursos para ofrecer lo mejor para atraer actividad y, en su caso, evitar estas "fugas". Ahora dedica un escrito de 48 páginas a consolidad su cabezonería y mantener el ridículo en el más absoluto "sostenella y no enmendalla" que ya se decía hace siglos. En el último tramo de su vida política, a Dios gracias, sigue decepcionando a quienes le conocimos cuando era gerente de los Armadores de Vigo y parecía "otra cosa". Con respecto a Marín y la economía marítima de este puerto ha sido siempre un peligro porque con sus ideas acabó dinamitando la industria pesquera primero, y organizó el problema, aún no resuelto, del urbanismo litoral. Claro que ha tenido la habilidad de flotar como un corcho desde Fraga para acá y aún sigue dando el coñazo para gloria del PP y ahora de Feijoo. ¡Jesús que Cruz!

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