Ernesto Aguado se bajó del helicóptero con el pantalón mojado por el mar, las manos llenas de heridas tras intentar abrirse camino por el monte con su hijo y con la certeza absoluta de que "fue una mala decisión" ir a pescar a la zona en la que ayer estuvieron. De hecho, su esposa le recibió con una cariñosa reprimenda: "No vuelves a ir a pescar".

Alrededor de las 8 de la mañana ya estaban en Punta Couso, aunque luego se fueron desplazando casi tres kilómetros hasta la Costa da Vela. "Estábamos tan bien, tan a gusto y la pesca era tan buena que nos despistamos. Cuando nos dimos cuenta ya no podíamos salir por las rocas por las que llegamos porque la marea nos lo impedía. No nos quedó más remedio que tirar al monte, como las cabras. No había ningún camino y lo tuvimos que abrir nosotros hasta que ya no podíamos más", relataba Ernesto Aguado en el puerto de Aldán. El hombre se mostraba agradecido por el dispositivo de ayuda desplegado y aseguraba, con su familia delante, que "no volveremos a esa zona".