Poco antes de las 5.30 horas de ayer, la familia Santórum, propietaria del barco Santorito de Vilanova se encontraba con una desagradable sorpresa al llegar a los pantalanes del muelle de O Cabo, el barco se había ido a pique y de él solo se veía parte del puente y la lona. Lo que en un principio podía parecer un accidente provocado por un despiste se acabó confirmando como un sabotaje cuando la luz solar permitió descubrir, pintada en el puente de la embarcación, la palabra skirol.

De forma inmediata, uno de los hermanos propietarios alertó al Lateromar, embarcación que se dedica a este tipo de rescates, que a las 7.45 horas ya se encontraba allí con dos buzos a bordo para comenzar con las tareas para reflotarel la embarcación. Con la grúa de este barco y de dos bateeiros que se encontraban amarrados (el Vega y el Daniymar) comenzaron a achicar el agua con varios motores, lo que hizo que volviese a flote en poco más de tres horas.

Las inspecciones de los propietarios descubrieron varios cortes en las mangueras de los grifos de fondo, por las que entró el agua. Los propietarios presentaron denuncia ante la Guardia Civil, que se encuentra investigando el caso. El barco ha sido trasladado a un astillero de Bodión, Boiro, para analizar y reparar los daños que le provocó el hundimiento, que podrían ascender a más de 10.000 euros ya que se ha dañado todo el cableado eléctrico, los aparatos de navegación y tanto el motor principal como el auxiliar, que deberán ser revisados en profundidad.

Manuel Santórum, uno de los propietarios, se mostraba ayer desolado y no quería hacer declaraciones, más allá de reconocer que había sido un sabotaje y que "no vemos los motivos por lo que nos han hecho esto".