La Unión Europea regresa de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat, en sus siglas en inglés) con un nuevo fracaso bajo el brazo. Sus dos principales propuestas que afectaban a los palangreros gallegos no fueron adoptadas durante la reunión de las 50 partes contratantes que tuvo lugar desde el lunes de la semana pasada hasta ayer en Malta. Los anhelos de los armadores de Galicia por lograr un plan de gestión para la pesca de la tintorera (que no incluyese un establecimiento de cuotas, intención que tenía la UE) y que se extendiera la normativa que impide cortar las aletas de tiburón a bordo se quedaron en agua de borrajas.

Tras ocho días de agotadoras reuniones, ayer tuvo lugar el plenario donde se decidían los temas importantes. Sin embargo, en las reuniones previas ya había quedado patente la disconformidad de los países asiáticos con la normativa de aletas adheridas -aplicada por la UE a su flota comunitaria para evitar el finning, que es cercenar y tirar el cuerpo al mar-. El sector, en cambio, apuesta por ver el otro lado de la moneda: pese a que la propuesta no salió adelante, más países se sumaron a la iniciativa. La oposición de Japón, China y Corea se enfrentó a la aceptación de otras 30 partes contratantes (el año pasado eran 14), entre las que se encontraban Estados Unidos, Brasil, Namibia, Mauritania o Argelia. Ahora los palangreros espera que los países que lo apoyaron adopten esta medida en sus flotas, para que así más buques jueguen con las mismas reglas.

En cuanto al plan de gestión de tiburones, pese al anuncio inicial de la Unión Europea de establecer cuotas, como adelantó FARO, las sucesivas negociaciones fueron rebajando las pretensiones hasta llegar a un texto que obtuvo el consenso de muchas partes contratantes. La idea era tomar la referencia de las capturas y a partir de ahí hacer el plan de gestión. Si más tarde algún país sobrepasaba las capturas, la Iccat tomaría medidas adicionales. Sin embargo, la propuesta comunitaria fue tumbada por Japón, Uruguay y Noruega, que criticaron el texto al no estar de acuerdo en la cantidad de las capturas de referencia.

Marrajo y atún rojo

Una de las pocas noticias positivas que logró la UE es tomada con cierto desconcierto por parte del sector. Iccat adoptó el texto conjunto de Canadá, Estados Unidos y Bruselas para limitar la pesca de marrajo sardinero. Esta limitación permite seguir pescando a los buques canadienses pero no a los comunitarios, que lo tienen prohibido. "Es algo que nadie lo entiende, ni la Administración española. Es pescar, con restricciones, pero pescar al fin y al cabo", explicó Joaquín Cadilla, presidente de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu).

Por otro lado, se adoptaron las recomendaciones del pez espada para el stock sur (una enmienda de la medida mínima, que pasa a 125 centímetros) y la recomendación de agujas blanca y azul, (también enmienda de la vigente aunque un poco más contundente).

"Hay que reconocer que a nivel de resultados la Comisión no puede hablar de éxito teniendo en cuenta la prolija cantidad de propuestas que presentó", indicó Edelmiro Ulloa, secretario técnico de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi).

Por otro lado, en cuanto al atún rojo no se aceptó la propuesta del sector español, que también respaldaba el Gobierno, para adelantar las subidas de capturas, debido al buen estado de la especie, según el secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, a Efe.