Una enfermedad "demoledora". El doctor Corredera apoya esta definición en la cantidad de pacientes que sufren ictus cada año y en sus graves secuelas, además del importante costo sanitario y social que supone. Este especialista vigués ha sido designado por la Sociedad Española de Neurología para organizar las jornadas sobre infarto cerebral, cuyo objetivo es concienciar a la población, médicos de atención primaria y Administración acerca de su severidad.

- ¿Existen centros especializados en tratamiento de ictus en Galicia?

- Todos los neurólogos estamos bien preparados. El problema es que no somos suficientes para estar presentes durante todo el día en los hospitales y atender estos casos a cualquier hora. En España existen unidades de ictus, que cambian radicalmente el pronóstico, pero aquí lo único parecido lo tiene el Clínico de Santiago.

- ¿Serían deseables aquí?

- Lo hemos propuesto. Lo fundamental es que la población conozca la enfermedad, que los médicos del 061 y de Atención Primaria se preparen mejor para tratarla, que los enfermos lleguen antes al hospital y que en éste haya neurólogos disponibles.

- El ictus es la primera causa de muerte en Galicia, ¿por encima de qué enfermedades?

- Del infarto de miocardio, por ejemplo. El hándicap del ictus es que un porcentaje muy alto de los que sobreviven se quedan con una calidad de vida muy mala. Entre el 30 y el 50% sufren secuelas graves: no pueden hablar ni caminar o no entienden lo que les dicen. Se quedan confinados a una silla de ruedas.

- ¿Es similar la incidencia en toda Galicia?

- Siempre está un poco por encima en poblaciones con un rango de edad alto, pero el porcentaje es aproximadamente igual en el resto de España y en casi todos los países europeos. A partir de los 70-75 años la incidencia es más alta, pero cada vez hay más pacientes jóvenes de 40 y 50 años. Son personas que están en edad laboral y que no sólo dejan de ser productivos, sino que suponen un importante gasto sanitario y social. Pasan a ser dependientes por completo.

- En ese gasto social figura la rehabilitación, ¿en qué grado resulta necesaria?

- Es muy costosa, porque implica una enorme cantidad de recursos físicos y de personal. Hay pacientes que la hacen desde el principio, pero en otros ya no tiene sentido. El nivel máximo de recuperación es de diez meses o un año. Lo que no hayan conseguido en ese tiempo es prácticamente irrecuperable.

- ¿Cree que la población es consciente de su alta incidencia y de sus consecuencias?

- Si preguntásemos en la calle nadie diría que la primera causa de muerte es el ictus. Lo extraño es que muchos no saben ni siquiera en qué consiste esta enfermedad y tampoco los medios de comunicación le dan mucha relevancia. Por su parte, la Administración es consciente del problema, pero es tal la cantidad de pacientes que resulta difícil proporcionarles una atención excelente. Debe ponerse manos a la obra. Sólo en el Meixoeiro ingresan cada año casi 500 ictus.

- Siempre que se habla de ictus se destaca que los minutos posteriores son fundamentales.

- El tiempo es la clave. Con los infartos de corazón el margen es mayor, pero en el ictus es fundamental llegar al hospital antes de tres horas. Esto redunda en que las posibilidades de que el tratamiento resulte eficaz sean mayores y en que éste se pueda administrar pues en ocasiones ya no puede hacerse pasado ese tiempo.

- Dado el desconocimiento de la enfermedad, ¿es posible que alguien esté sufriendo un ictus sin ser consciente de ello?

- Todo el mundo sabe que si le duele el pecho debe ir a urgencias, pero el ictus tiene muchos síntomas que dificultan su reconocimiento. Los fundamentales son dificultades para hablar y para mantener el equilibro y pérdida de visión y de fuerza en un brazo o una pierna.

- ¿Cuáles son las causas?

- La más importante es la arterioesclerosis. Las personas de riesgo son los hipertensos, los que tienen colesterol elevado, los fumadores y los que sufren enfermedades de corazón. El 80% de las personas que sufren ictus tienen este perfil.

- ¿Se puede prevenir?

- Previniendo estas causas. Vigilar la tensión y tener una alimentación adecuada son claves. La hipertensión no duele y hay mucha gente que la sufre sin ni siquiera saberlo, pero llega un día en que te pasa factura.