Territorio “runner”: las rutas preferidas para salir a correr en Vigo

A pesar de su sinuosa orografía, la ciudad olívica cuenta con un buen puñado de rutas de lo más concurridas por los aficionados al atletismo

"Runners" en la senda del Lagares a su paso por la Xunqueira.

"Runners" en la senda del Lagares a su paso por la Xunqueira. / Marta G. Brea

Vigo cuenta con una legión de "runners". Así se demuestra a diario en sus paseos y sendas, con miles de deportistas y aficionados al atletismo pegando zancadas por la ciudad. Aunque la orografía viguesa, marcada por las cuestas y las calles empinadas, no es la más propicia para salir a correr, existen un buen puñado de rutas que se no solo se prestan para este deporte, sino que atraen a cada vez más personas.

El paseo del Lagares

El sendero del Lagares es una de las rutas más concurridas de Vigo. Se trata de la única ruta verde que cruza todo el núcleo urbano de la ciudad. Sus ocho kilómetros de longitud conectan la avenida de Madrid en Sárdoma con la playa de Samil. A su llegada a la Xunqueira, el camino se bifurca: un ramal lleva hasta el puerto de Canido (2,7 km) y el otro hasta la iglesia de Bouzas (4,5km). Es una de las cuatro rutas en la ciudad que cuenta con la distinción de Sendero Azul, aunque bajo el nombre "Camiño á beiramar".

Su trazado llano y poco sinuoso lo hacen asequible para personas de todas las edades y por ello es una de las sendas más concurridas por los "runners" de la ciudad.

El sendero atraviesa el Parque de Catrelos, que a su vez alberga un circuito de running señalizado de casi un kilómetro de longitud y que es pista habitual de entrenamiento de atletas y aficionados.

Una vez en Samil, el corredor puede elegir entre continuar la marcha hacia Canido o hacia Samil e incluso más allá, hacia Bouzas. Si escoge la primera opción se enfrenta a casi tres kilómetros bordeando el litoral, al pie de las playas de A Calzoa, A Fontaíña, Baluarte, O Vao o Canido. Si escoge el otro sentido, se dirigirá a Alcabre o Bouzas.

Una tarde muy concurrida en el Paseo de Bouzas.

Una tarde muy concurrida en el Paseo de Bouzas. / Marta G. Brea

Paseo de Bouzas

Bouzas es destino habitual de los "runners" urbanos, que aprovechan la senda litoral de 3km (ida y vuelta) que bordea la playa de O Adro, desde la VG-20 hasta la terminal de coches. Esta senda, además de contar con un carril específico para ciclistas y patinadores, está decorada en su tramo final con con diversas esculturas de bronce que representan especies propias de la ría y que recibe el nombre de “O paseo dos peixes”.

Esta ruta se puede ampliar hacia Alcabre, hasta el Museo do Mar, corriendo prácticamente a pie de playa, e incluso hasta Samil. Esta es la otra alternativa del "Camiño á beiramar" que presume de Sendero Azul.

La senda peatonal y ciclista de O Berbés ya es una realidad

Ricardo Grobas

Náutico y Berbés

Poco más de un kilómetro separa el espigón de A Laxe de la Estación Marítima. Sin embargo, esta ruta es de las preferidas por los "runners" del centro de la ciudad, ya que a diario uno se puede cruzar con decenas de ellos. Su corto recorrido se amplía con vueltas por los jardines de As Avenidas y hasta la calle Coruña. La abrió hace prácticamente un año una ciclovía que conecta la zona del Náutico con la calle Coruña, a lo largo de 3 kilómetros, ganando un nuevo espacio para peatones y deportistas.

Un paseo por las nubes: Así es la ETEA y A Guía desde el cielo

Cedido

A Guía y la ETEA

Otro de los Senderos Azules de los que presume Vigo es la ruta litoral que bordea el Monte de A Guía. Este trazado circular, de unos 6 kilómetros, discurre al lado del mar para luego ascender a la cumbre del promontorio, a 128 metros de altura, donde se sitúa la ermita dedicada a Nuestra Señor de las Nieves. No es un recorrido tan plácido como las anteriores, ya que presenta un destacado desnivel, pero también se puede realizar la opción sin subida, recorriendo solo el camino que une las playas con la ETEA.

La explanada de la antigua escuela técnica también es un punto habitual para la práctica del atletismo: el recorrido abarca desde Ríos hasta el club de remo, pasando por la playa de A Punta.

Un tramo de la Vía Verde a la altura de la calle Coutadas.

Un tramo de la Vía Verde a la altura de la calle Coutadas. / Alba Villar

Vía Verde

La reconversión del antiguo trazado ferroviario en senda peatonal y ciclista ha supuesto todo un balón de oxígeno para una zona de ciudad en la que no existía ningún espacio reservado únicamente para los ciudadanos. Su trazado de casi 5 kilómetros hasta Chapela es de lo más agradecido: listo y recto. Desde su apertura se ha convertido en la principal vía peatonal del este de la ciudad y ya ha merecido el reconocimiento como Sendero Azul.