La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos, pero no siempre la más rápida. Y esto es lo que ha comenzado a demostrar Renfe con el histórico tren Vigo-Barcelona. Los dos convoyes directos que operan desde Guixar por el Norte de España, el Alvia y el Tren Hotel, tardan casi 14 y 15 horas respectivamente en llegar a la estación de Sants. Pero en los últimos meses, y por primera vez en la historia, ha hecho que compense -al menos en tiempo- dar un rodeo por la Península Ibérica para ganarle al reloj un mínimo de tres horas y media. Concretamente yendo hasta Madrid, ciudad a través de la que la operadora ferroviaria comercializa un billete integrado con cambio de tren en la capital pero que rebaja la duración del trayecto a 10 horas y 26 minutos.

Este viaje más rápido lo logra combinando el Alvia a Madrid que sale de Guixar al filo de las 9 de la mañana y llega a Chamartín a las tres de la tarde, con el AVE que parte hora y media después desde Atocha, estación a la que los viajeros pueden llegar directamente en Cercanías en menos de 15 minutos y cuyo precio ya está incluido en el billete Vigo-Barcelona. Y pese a tener que tomar dos trenes y hacer una escala de 90 minutos, el viaje es entre tres y cuatro horas y media más rápido si se compara con los servicios diurnos y nocturnos directos, respectivamente.

"Con los billetes integrados se enlazan diferentes servicios con un único billete y a un precio más competitivo que se si adquirieran por separado (como había que hacer antiguamente)", destacan fuentes oficiales de Renfe. En cualquier caso, por ahora el coste es mayor por Madrid que en los trenes directos. En su página web se podían encontrar ayer precios de ida desde 59 euros en el primero caso; y desde 27, en el segundo.

Esta mejora de tiempos se debe, evidentemente, a la configuración radial de la malla ferroviaria española y a la apuesta de los diferentes Gobiernos por ir desplegando la alta velocidad principalmente desde y hacia Madrid en detrimento de conexiones más directas e históricas como es la Vigo-Barcelona, una de las más largas de España. De hecho, y aunque en los últimos años se recortaron sensiblemente los tiempos de viaje (gracias principalmente al aprovechamiento de la línea de alta velocidad entre Zaragoza y Barcelona) el servicio diurno ha ido menguando y ya no se ofrece todos los días, sino que unas jornadas sale de Vigo (lunes, jueves y sábados); y otras de Santiago (martes, miércoles, viernes y domingos). Cuando no hay convoy directo, los viajeros deben tomar un servicio de Media Distancia hasta Ourense para subirse allí al Alvia hacia Cataluña. El Tren Hotel opera todos los días menos el sábado.

Renfe lanzó los billetes integrados en 2012 y ha ido paulatinamente aumentando el abanico de posibilidades para enlazar ciudades, principalmente a través de Madrid. De hecho, desde Vigo no solo es ahora más rápido llegar a Barcelona pasando por la capital, sino también a Zaragoza. El tren directo diurno (el mismo que va a Cataluña) cubre esta distancia en 11 horas y 31 minutos. Si se opta por ir vía Chamartín y Atocha, el viaje queda ya por debajo de las 9 horas.

Intercity a Bilbao, el más lento

Siguiendo con las comparaciones -que demuestran además las diferentes velocidades en las que se ha ido desarrollando la alta velocidad en España, con Galicia y Vigo en los vagones de cola- a día de hoy también es más rápido llegar a Barcelona vía Madrid tomando dos trenes y con un transbordo de hora y media en la capital, que hacerlo a Bilbao en el histórico ferrocarril directo que hay desde Guixar y que tarda más de 11 horas. Este Intercity es precisamente uno de los más lentos de España.

Pero Renfe no solo ofrece billetes integrados de larga distancia entre Vigo y Barcelona. Lo hace ya también hacia los otros extremos de la Península Ibérica. Y, en algún caso, como a Valencia y Cartagena, sin necesidad de desplazarse a Atocha, sino cambiando de tren en la propia terminal de Chamartín (ver gráfico).

Todos estos tiempos de viaje al resto de España vía Madrid se irán recortando progresivamente a medida que se vayan abriendo tramos de alta velocidad en el corredor gallego. Pero además, Fomento está ultimando el túnel que conecta la estación de Chamartín con la de Atocha para que puedan circular trenes de ancho internacional (AVE). Su puesta en funcionamiento, prevista para 2018, abrirá la puerta no solo a que los convoyes del norte puedan llegar directamente a esta estación, sino incluso a que se puedan poner en marcha trenes directos desde Vigo al resto de comunidades autónomas, lo que reduciría de forma muy considerable los tiempos de viaje.