Cada 30 minutos de media un vehículo es multado por mal aparcamiento en Vigo. Y si se excluyen noches y domingos -cuando menos infracciones se detectan- la ratio se eleva hasta los tres. La cifra no es para nada elevada si se compara con los años en los que además de los agentes de la Policía Local trabajaban en la ciudad a pleno rendimiento los dos multamóviles ya jubilados y que el concejal de Tráfico, Carlos López Font, reiteró en las últimas semanas que no se repondrían. En 2012 -último ejercicio en el que ambos vehículos estaban operativos al mismo tiempo- se tramitaron casi 50.000 denuncias de aparcamiento. Ahora, durante el último ejercicio completo (2016), las multas se desplomaron hasta las 18.600, misma cifra que se registró en el ejercicio anterior.
Aunque la desaparición de los vision car ha marcado un antes y un después en la vigilancia sobre los conductores que dejan sus vehículos mal aparcados -en 2013 se eliminó uno y a finales de 2014, el otro- lo que no ha variado es la presión de los agentes sobre las zonas de carga y descarga y también sobre las aceras, donde se continúa sancionando a la mayoría de pilotos. Ambas infracciones acumulan el 60% de todas las que se ponen en Vigo por mal aparcamiento. En cualquier caso, el número total de cada una de ellas se ha desplomado en la misma proporción que el resto tras la desaparición de los multamóviles.
En el último ejercicio la Policía Local denunció a 6.652 coches por estar obstaculizando una plaza reservada para transportistas. Supone 200 euros de multa (sin pronto pago) y puede alcanzar los 330 si la grúa se acaba llevando el vehículo al depósito municipal. Y, aunque este tipo de infracción continúa encabezando el ranking, la cifra es muy inferior a la que se registraba cuando los dos coches con cámara patrullaban la ciudad. En 2013, por ejemplo, se superaron las 13.300 denuncias.
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El control sobre estos espacios se multiplicó hace varios años para facilitar el trabajo de los transportistas. Además, todo apunta a que a corto plazo podría volver a multiplicarse. Y es que en el pliego de la nueva zona azul -la mayoría de las 200 plazas de carga y descarga están en las calles reguladas por parquímetros- se recoge que entre las funciones de los controladores podría estar también la de su "control y vigilancia". Entre las ofertas de las seis firmas que optan al concurso ya se especifica además que los nuevos parquímetros estarán también adaptados para esta función. Además, los propios transportistas podrían estar controlados para que estacionen solo los 15 minutos que tienen permitidos para bajar y subir mercancías.
Tras esta infracción, la que más detectan en Vigo los agentes locales es la de aquellos conductores que aprovechan el rebaje y el mayor espacio que tienen ahora las aceras tras los planes masivos de humanización para aparcar o parar temporalmente su vehículo. Una costumbre que el Concello ha querido erradicar y frenar en paralelo a la reforma de los viales. Y así se atestigua en las últimas estadísticas de la Policía Local, que tramitó más de 4.000 denuncias por este motivo.
El tercer puesto del ranking lo ocupa una infracción más general que las otras dos: estacionar donde está prohibida la parada, con 2.291 casos.
Estas tres son las únicas que superan las 1.000 denuncias anuales. Pero hay otra en la que la presión policial no ha cesado. De hecho, acumula a día de hoy el mismo número de multas que cuando funcionaban los dos vision car: 900. Se trata de las sanciones por bloquear plazas reservadas para discapacitados. Este control se ha visto reforzado con el aumento de los estacionamientos de este tipo, que se duplicaron en los últimos cinco años hasta los más de 700 actuales. También se retiran una media de 30 tarjetas cada año por su uso fraudulento.
Las sanciones por doble fila se desploman un 75% en tres años
- La temida doble fila va camino de convertirse en una infracción residual. O al menos si se compara con el resto de sanciones por mal estacionamiento. Y no porque los vigueses hayan dejado de practicarla, sino porque el control sobre ella es cada vez menor. Es una de las que más han caído desde la desaparición de los multamóviles, vehículos cuyo principal cometido era precisamente vigilar esta práctica. El año 2013 se cerró con más de 3.000 denuncias por este motivo. Ahora, apenas se alcanzan las 800 anuales, un 75% menos. Otra que sí está a punto de desaparecer es la relacionada con los conductores que dejaban sus coches mal aparcados en intersecciones, lo que provocaba un serio problema de seguridad, tanto para el resto de pilotos como para los peatones. Hace cuatro años se superaron las 1.000 denuncias por este motivo, la mayoría localizadas por los vision car. En 2016 fueron ya solo 25.
