La investigación que realiza el jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Chuvi, Carlos López Ramón y Cajal, tiene mucho que ver con los avances de la tecnología. Destaca que son los aparatos de última generación con los que trabaja los que le facilitan "nuevos datos para aprender a valorar las cosas y luego aplicarlo clínicamente". Él colabora con Philips en el desarrollo del ecógrafo volumétrico de alta resolución con el que obtiene las imágenes en 3D de los cerebros o los corazones de los fetos que estudia. La próxima semana regresa al estado de Washington para trabajar en una versión mejorada, que espera incorporar al Chuvi este mismo año.

El sistema funciona con ultrasonidos. Al atravesar un órgano del cuerpo, estos pueden duplicarse, amplificarse, desviarse... Toda esa información es recogida por la máquina y los ingenieros la "traducen" en imágenes. Pero con unos equipos tan actuales, el volumen de datos es ingente. Gracias a la ayuda de clínicos, que les guían sobre lo que puede resultar útil en la práctica asistencial, los ingenieros seleccionan solo algunos de estos datos para crear la imagen. Uno de estos colaboradores de la marca y el único obstetra es el doctor López Ramón y Cajal.