Edgar Cuarité (Perú, 1959) aterrizó en Vigo hace justo una década, coincidiendo con la implantación del programa Teranga, que se convirtió en un sostén para él, un lugar donde pudo recibir el mejor asesoramiento sobre la legislación y costumbres españolas. Una década después, sigue acudiendo habitualmente al local de Ronda de Don Bosco para cualquier trámite o necesidad que aparece en su camino. Destaca, entre otras cosas, el trato recibido en este período por todo el personal del proyecto.

-Llegué con un contrato de trabajo de Perú para la pesca y me informaron de que había un programa que ayudaba a la gente a inmigrantes como yo. Me decidí a inscribirme para enterarme de cómo resolver problemas en mi vida. Necesitaba apoyos para no cometer errores. El idioma, en mi caso, era el mismo, pero las costumbres y las leyes son diferentes a las de mi país.

-¿Ayuda a no sentirse tan solo en algunos momentos?

-Hace más fácil todo porque tienes ayudas, conoces gente nueva y te relacionas más. Cuando eres inmigrante, vienes a ciegas, las actividades que se realizan son muy beneficiosas y ayudan a integrarse mejor.

-¿Qué tipo de asuntos trataba en el programa?

-Hacían muchas actividades culturales, reunían a gente, personas de diferentes países nos integrábamos. Fue realmente emotivo poder compartir momentos con otras personas en mi misma situación. También me ayudaron a solucionar el tema de papeles, documentos, con el paso de los años me doy cuenta de que me ayudaron mucho.

-¿Recomendó el programa de la Fundación Juan Soñador a otras personas?

-Cuando supe de esto y lo probé, se lo decía a otros inmigrantes con los que coincidía, les comentaba sobre la institución, que era muy buena y que debían inscribirse. Es tranquilizador pensar que puedes contar con este programa.