Vigo replicó el San Teleco de la escuela madrileña. "El primer año lo celebramos en un pub de la zona de vinos una noche que llovía a cántaros", recuerda Manuel García. La fiesta fue creciendo hasta convertirse en "un día grande de la noche viguesa", destaca López Ardao. "Era un megajueves y venía gente de Santiago, lo pasábamos fantásticamente bien", reconoce. Los alumnos sacaban el Meco en procesión, celebraban un rally y, durante algunos años, irrumpían en las aulas de otros centros. En épocas más recientes, la fiesta degeneró en un "macrobotellón" que recogían los informativos nacionales, pero la celebración ha vuelto a recuperar su carácter lúdico y "enxebre".