Las playas gallegas presentan una mayor biodiversidad que las del resto del norte peninsular, pero la limpieza mecánica y la retirada de algas amenaza con destruirla. Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Vigo en varios arenales de la Ría demuestra que las especies han desaparecido en la parte superior de aquellos en los que entra maquinaria.

Los investigadores recogieron durante 2008 datos de las algas varadas en las playas de Samil, Toralla, Abra (Patos) y Playa América, además de Ladeira y Balieiros, en Corrubedo. Las principales conclusiones se presentaron ayer en el Simposio Internacional de Ciencias del Mar.

“Las que sufren limpieza mecánica, como Samil, son prácticamente estériles en la parte más alejada del agua”, denuncia el biólogo Mariano Lastra, que ayer presidió una de las áreas de presentación de trabajos.

“Los concejales tienen miedo a las protestas de los turistas, pero hay que ser inflexible. Si las cosas se explicasen estoy seguro de que habría más gente dispuesta a salvaguardar los ecosistemas y soportar la molestia de las algas”, añade.

El equipo recopila ahora datos en playas de Arousa y en A Ramallosa, de hecho, están tratando de convencer al Concello de Nigrán para que elimine la limpieza mecánica. “Hay que cumplir la legislación europea y la referente a las banderas azules para respetar la biodiversidad”, insta Lastra.

Y no es suficiente con dejar de agredir el medio ambiente, añade, sino que hay que recuperar los daños. “En la Ría de Vigo se están haciendo restauraciones de las dunas de O Vao y Playa América, o del roquedal de Toralla, pero en el tema de las algas no toman medidas”, critica.

La eliminación de estos organismos conlleva la desaparición de las pulgas de playa que, según los cálculos de los investigadores, son capaces de consumir todo lo que llega a la playa: “Son oportunistas y también se alimentan de colonias bacterianas u hongos. Desde el punto de vista sanitario, es más recomendable un arenal que los tenga”.

La conferencia de la jornada de ayer corrió a cargo de Xosé Antón Álvarez, del Instituto de Investigaciones Marinas, que hizo una llamada a la colaboración entre los centros vigueses. “Hay un ausencia señalada de coordinación. Debemos colabora para que la producción, que ya es mucha, no sólo sea la suma algebraica de todos”, apoya Lastra.