Las residencias privadas de la tercera edad rozan el lleno pese a que no están al alcance de todos los bolsillos. Una plaza cuesta entre 1.400 euros y 2.200 al mes, dependiendo del grado de dependencia o de si se disfruta de una habitación individual o compartida.

La pensión media en Galicia se sitúa, sin embargo, muy por debajo de estos precios: 780 euros. Pero eso no resta usuarios a los centros privados. "Puede haber más dificultades en la comunidad gallega por tener las pensiones tan bajas pero los hijos siempre buscan la fórmula y además, en algunos casos, la Xunta concede una paga si se trata de un dependiente que ayuda a costear la plaza", señala el presidente de la Asociación Gallega de Residencias de la Tercera Edad (Agarte), José Manuel Pazos.

El coste de una residencia privada para un usuario puede ser cuatro veces más que en un centro público, que ronda de media los 568 euros mensuales.