Gonzalo Caballero ya tiene el equipo que le ayudará a sobrellevar el "vértigo de la inmensa responsabilidad" que supone llevar al PSdeG a encabezar la izquierda, un espacio que ocupa En Marea tras las últimas elecciones a la Xunta. Los delegados de las agrupaciones locales que participaron este fin de semana en el XIII Congreso del PSdeG le dieron su respaldo con el 71% de los votos, un apoyo bastante más amplio que el que consiguió en las primarias, que ganó con el 58%.

La receta del nuevo secretario xeral, que fue ratificado en su cargo este fin de semana, para alcanzar el objetivo que se ha marcado en el encuentro pasa por "recuperar músculo" y convertirse en ese "ejército imparable" que sea quien de "darle un cambio político al país y retirar al gobierno de la derecha de la Xunta". Por ello, llamó a todos los socialistas a trabajar para más a pie de calle, de una manera abierta, activa "y más presente en la sociedad". "El PSdeG tiene que recuperar el protagonismo en la vida gallega, tenemos que recuperar el impulso ", apuntó.

El secretario xeral socialista considera "indispensable" que el PSdeG trabaje para "encabezar una coalición social de progreso" que aglutine a los sectores que están descontentos con un gobierno de derechas. Entre ellas, Caballero citó a otras organizaciones políticas, organizaciones sindicales y agrarias, movimientos del cambio y ONGs. "Hay que ordenar todos eses vectores detrás del PSdeG y alcanzar ese cambio, y para eso hacen falta todos los socialistas gallegos", argumentó. Otro de los objetivos que fijó Caballero es trabajar ya de cara a las elecciones municipales de 2019 para transmitir a la ciudadanía que el PSdeG "está en condiciones de dar gobiernos de estabilidad".

Al congreso llegó un solo secretario xeral elegido por la militancia en primarias pero tres grandes grupos que defendieron a cada uno de los tres candidatos iniciales que se presentaron para liderar el PSdeG. Aunque el portavoz parlamentario, Xaquín Fernández Leiceaga, finalmente dio un paso atrás y pactó apoyar a Caballero frente al diputado Juan Díaz Villoslada -que era la apuesta de la dirección- el acuerdo incluía un cierto equilibrio en la composición de los órganos del partido. Pero no solo existen esas tres sensibilidades en el socialismo gallego y poner a trabajar a todas en el mismo barco es uno de los grandes retos de Caballero. Por eso insistió en que todos "son necesarios" para alcanzar ese objetivo porque todos son "instrumentos" al servicio del interés de una ciudadanía gallega que, dijo, les está esperando. "Podemos diferir políticamente y a veces incluso criticar a un compañero, esta es la dinámica de una organización activa, pero tenemos que entender que el partido socialista todos somos instrumentos al servicio de una causa", resumió. Un mensaje que no escuchó Villoslada, al que no se le vio en el discurso, ni tampoco otras figuras del partido como su tío, el alcalde de Vigo, Abel Caballero; la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva; o los dos últimos secretarios xerales, Pachi Vázquez y José Ramón Gómez Besteiro. Sí se encontraban los presidentes de las diputaciones de A Coruña y Lugo y el exministro José Blanco, entre otros cargos y relevantes del socialismo gallego.

El congreso fue clausurado por el secretario general del partido, Pedro Sánchez, que ofreció el apoyo de todo el partido a Caballero y reivindicó la "contribución" del PSdeG a la "democracia interna" del partido por ser "los primeros" que defendieron los procesos de primarias. "A Galicia le hace falta un presidente socialista", dijo, frente a una Xunta que es "incapaz de imaginar una Galicia más allá del momento inmediato" y que está "más preocupada por acabar con los incendios informativos en sus medio públicos que los forestales".