La localidad de Arbo lidera desde ayer el triste ranking de ser el municipio gallego a la cabeza en los incendios forestales de este año. Lo hace no solo por su dimensión, el fuego alcanzó más de 1.500 hectáreas, según los últimos datos de la Consellería de Medio Rural, sino también por la peligrosidad, las llamas se acercaron a numerosos barrios con viviendas ocupadas causando momentos de especial dificultad y peligro.

La virulencia de las llamas obligó a cortar el tráfico ferroviario entre Vigo y Ourense. Los trenes se desviaron por Santiago.

Durante 24 horas las llamas no dieron tregua en Arbo, avanzando en todas las direcciones por los cambios del viento y favorecidas por las laderas y vaguadas. "Vivimos un auténtico infierno", afirmó María, una vecina que durante la noche trabajó sin descanso para colaborar en la extinción.

Los vecinos de Arbo mostraron "una extraordinaria solidaridad", en palabras del alcalde Horacio Gil, que destacó que las casas de las poblaciones más afectadas se vaciaron no por ser desalojadas sino por propia voluntad de los moradores que decidieron ayudar en las tareas de extinción.

Una de las últimas zonas habitadas afectadas por las llamas, fue, ayer tarde, el barrio de A Rasela, en Cequeliños, donde las casas están en medio de una carballeira. Uno de los vecinos comentó a FARO su impotencia ante la inminente llegada del fuego y la inexistencia de medios. Al poco llegó una brigada y los helicópteros comenzaron a echar agua, de noche sería mucho más difícil. También Sela vivió momentos de angustia, ayer tarde, similares a los sufridos durante las horas precedentes en más de una decena de lugares.

Rozas, San Xoan, Abelenda, Paravedra, Sande, A Rocha, Espedregada o Vilar fueron algunos de los lugares que estuvieron cercados por las llamas en algún momento de la tensa jornada nocturna y diurna.

Una pareja evacuada

Tras iniciarse los primeros focos, alrededor de las 9 de la noche del miércoles, el fuego alcanzó gran rapidez abarcando en poco tiempo una dimensión considerable y muy peligrosa. Una pareja de personas mayores fue la única que hubo que desalojar en el municipio, si bien los habitantes de la zona pasaron la noche fuera de casa ante el temor a que el fuego llegase a las viviendas. "A medida que avanzaba la noche se hacia más dificil respirar, ya que el humo se hizo muy intenso", afirma otra vecina.

La humareda no solo se quedó en Arbo porque en poco tiempo se había extendido por toda la comarca y Ponteareas,Porriño, Tui o Salvaterra sufrían las consecuencias. Además el fuego quemó zonas frondosas de bosque de pino y también una gran extensión de eucalipto.

Durante toda la jornada trabajaron en este incendio dos técnicos, cuatro agentes, veinte brigadas, doce motobombas, cuatro palas, ocho helicópteros y cinco aviones. Además se incorporaron efectivos de la Unidad Militar de Emergencias. Por otra parte en Albeos, en el ayuntamiento de Crecente el incendio iniciado el miércoles ya afecta a 200 hectáreas, y en el lugar han trabajado un técnico, siete agentes, diecinueve brigadas, catroce motobombas, una pala y doshelicópteros.

Según Medio Rural tanto el incendio de Arbo como el de Crecente siguen en "situación 2" por riesgo para la población. El alcalde de Crecente Julio César García Luengo, resaltó que el barrio de Cerraque estuvo en peligro pero finalmente no resultó afectado ni fue "necesario" evacuar a vecinos. El regidor destacó que este incendio se inició en Paradela y Albeos y "se fue extendiendo hacia Arbo y As Neves". En este sentido, García Luengo precisó que el inicio del fuego se produjo en zonas de "fácil acceso", por lo que ha apuntado la intencionalidad en el origen.