Son bellas, tienen utilidad agraria o industrial o simplemente sus características les proporcionan ventajas frente a otras plantas o animales, pero todas las especies exóticas invasoras coinciden en dos aspectos: pueden reproducirse sin ayuda humana en ecosistemas diferentes al de su origen natural y al hacerlo, causan daños en el medio ambiente, en la sociedad o en la economía de las regiones en las que se implantan. La proliferación incontrolada de flora y fauna invasora está considerada por los expertos como la segunda causa de pérdida de biodiversidad en los territorios continentales (solo por detrás de la destrucción o el cambio de uso de los hábitats naturales), y como la primera en las islas.

La mayoría de las especies catalogadas como invasoras son inofensivas para el ser humano. Sin embargo, causan diferentes daños al medio ambiente entre los que destaca el desplazamiento de las especies autóctonas. La mimosa, por ejemplo, se regenera rápidamente después de los incendios y ocupa el lugar que antes tenía la flora gallega, impidiendo así su recuperación. El cangrejo y el visón americanos transmiten enfermedades a las variedades europeas. Además, en el caso del mamífero, los machos invasores se aparean con las hembras autóctonas a pesar de que los embriones resultantes no son viables, lo que rebaja drásticamente la tasa de natalidad de los autóctonos.

En el caso de algunos moluscos, como la almeja asiática y el mejillón cebra, el problema lo constituye su alta tasa de reproducción, hasta tal punto que pueden llegar a obstruir sistemas de riego, cañerías centrales hidroeléctricas y plantas nucleares. La almeja asiática está ya presente en el Miño. Algunos tramos de su lecho entre Salvaterra y Tui (Pontevedra) están cubiertos por miles de conchas de ejemplares muertos que conforman una capa de un metro altura e impiden la vida de flora y fauna natural en el fondo del río.

Nuevas y viejas

Las especies invasoras presentes hoy en Galicia proceden de todos los continentes. Su llegada se debe a múltiples causas, desde accidentes (barcos que descargan cerca de la costa gallega agua en la que viaja semilla de almeja asiática), la falta de concienciación de la ciudadanía (suelta de tortugas de Florida que se compran como mascota y al crecer son liberadas de modo incontrolado) o intereses tanto ornamentales (helecho de agua, mimosa) como económicos (visón americano para la industria peletera y cangrejo americano para la acuícola).

Algunas llevan cientos de años establecidas, como el eucalipto y la mimosa, introducidas desde Australia en el siglo XIX. Otras acaban de llegar (jacinto de agua) o se teme que estén a punto de instalarse en el territorio gallego, bien porque causan problemas en otras comunidades españolas (mejillón cebra, caupí (pequeño roedor originario de Uruguay), cangrejo chino) o porque ya se tiene noticia de su presencia. Es el caso de un mapache que se encontró muerto por un atropello en una autopista de la comunidad.

Los expertos advierten de que ninguna especie es intrínsecamente dañina, todo depende del ecosistema en el que se implanten. Aunque el tojo es perfectamente natural en Galicia, se considera una especie invasora, por ejemplo, en las Islas Canarias, donde abunda en Tenerife. La responsabilidad de que las especies viajen y se implanten en otras zonas siempre recae en los seres humanos, por lo que los científicos y ecologistas insisten en la necesidad de la divulgación social del problema.

Lo ideal sería erradicar este tipo de animales y plantas de los territorios que naturalmente no les corresponden, pero la normativa se centra en la prevención y el control. Los expertos coinciden en que cuando una especie invasora se establece en un hábitat es virtualmente imposible erradicarla totalmente, porque para ello se necesitan enormes cantidades de recursos humanos y materiales.

En algunos casos no se conocen métodos efectivos para la eliminación de una determinada especie, como sucede con la gambusia, un pez introducido en España durante los años 30 para controlar plagas de mosquitos en los arrozales. En otros, se integran en el ecosistema y su eliminación podría ser perjudicial para algunos de sus depredadores autóctonos, como pasa en el caso del cangrejo americano.

En general, ecologistas y expertos coinciden en que los métodos que se deben emplear para su eliminación o control deben ser mecánicos, esto es, a mano o utilizando maquinaria pesada sólo cuando sea estrictamente necesario. El uso de agentes biológicos o químicos (como herbicidas) es tabú en la mayoría de las ocasiones, porque afectarían también al resto de la flora y la fauna de la zona. María Inmaculada Romero, profesora de Botánica de la Universidade de Santiago de Compostela, alerta de "las desastrosas consecuencias ambientales de una mala intervención contra especies invasoras, como por ejemplo sucedió en Valdoviño" al intentar erradicar la uña de gato.

Catálogo

El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino prepara un catálogo que recogerá de modo exhaustivo las especies consideradas invasoras. Actualmente el listado está ya en poder de los gobiernos autonómicos y de científicos. Jesús Santamarina, xefe de servizo de Conservación da Biodiversidade de la Consellería de Medio Rural, afirmó que se trata tan solo de un documento de trabajo.

El funcionario afirmó que el catálogo permitirá a las comunidades autónomas prohibir la posesión, transporte, tráfico y comercio de las especies invasoras, algo que por el momento no tienen potestad para realizar. Tampoco se podrá promover su conservación y fomento, ni considerarlas especies aptas para la caza ni para la pesca, aunque el texto del borradora abre la puerta a excepciones autonómicas.

El proyecto del ministerio se encontrará con varios problemas. El principal, que no siempre está claro si una especie es invasora o no. Los intereses económicos son importantes también. Ya se ha anunciado que el siluro podrá seguir pescándose en ciertos tramos del Ebro y se da por hecho que la comunidad gallega, en principio, no considerará invasor al eucalipto, a pesar de que existe un amplio consenso científico al respecto.