Una inmensa pantalla permite controlar de un vistazo toda la red ferroviaria de Galicia mediante un plano esquemático y la sola pulsación de un botón en Ourense permite que se active una señal de parada o de paso y el cambio de agujas en las vías en cualquier lugar de Galicia. La tecnología ha permitido que la palanca haya quedado casi obsoleta, pero de vez en cuando también los ordenadores fallan. Y eso fue lo que ocurrió ayer en el Control de Tráfico Centralizado de Ourense, donde, afirma Adif, la "caída del sistema informático" afectó entre las 12 del mediodía y las seis y media de la tarde de ayer a unos 40 trenes –seis de los cuales se suprimieron– provocando retrasos de más de tres horas, aunque, según Renfe –que no dio datos de los pasajeros perjudicados– la media fue de 50 minutos.

Hasta que los técnicos de Adif situados en Madrid, Valencia y Castellón lograron, por control remoto, solventar la situación –de la que no se explicaron las causas–, el centro de control situado en Ourense tuvo que arreglárselas "manualmente". Según el ente ferroviario, para mantener la "seguridad máxima" y "aunque en ningún caso había trenes de frente", los retrasos se produjeron porque los operadores del centro de control tenían que contactar con las estaciones por vía telefónica y los maquinistas debían llamar ante cada señal para confirmar si era posible el paso.

"Para asegurar la seguridad se limitó la velocidad. Los trenes no estuvieron parados, sino que circularon con bastante lentitud", explicaron en Adif, que reforzó el servicio en Ourense en tres personas más, hasta ocho. No obstante, algunos usuarios de la línea entre Vigo y A Coruña aseguraron que su convoy realizó varias paradas, algunas de ellas de hasta una hora.

Hasta que se solucionó el desbarajuste informático, seis trenes, dos de ellos de Vigo-A Coruña, otros dos de A Coruña-Vigo, y dos más de la línea Redondela-Pontevedra, ya habían sido suprimidos, y más de 30 trenes sufrían las consecuencias, entre ellos el Talgo entre Vigo y A Coruña y Madrid, que acumuló más de cien minutos de retraso. Aunque en este caso, los pasajeros fueron más afortunados que los que circulaban en el interior de la comunidad, ya que se les facilitó algo de comer y agua.

Los usuarios de la línea entre Santiago y A Coruña también tuvieron suerte, ya que Renfe habilitó buses "porque había demanda de pasajeros" entre las dos ciudades. En el resto de los casos, las quejas de los viajeros se refirieron a esa carencia y también, sobre todo, a la falta de información, incluso cuando compraron los billetes. Según Renfe, se informó por megafonía. Adif admite que solo lo hizo en su web y por los medios de comunicación.