A falta sólo de los datos de diciembre, el balance de la recaudación fiscal en Galicia durante el pasado año tiene pocos precedentes en la historia reciente. La crisis estalló de lleno en el seno de las empresas y de las familias y con el bolsillo vacío no hay margen posible para incentivar el consumo y la actividad laboral, las dos principales fuentes de las que bebe Hacienda en la comunidad y en el resto de regiones y de donde sale luego el dinero que se reparte desde el Gobierno central a los Ejecutivos autonómicos –la mitad de la aportación del IVA y el IRPF y el 58% de los gravámenes Especiales, tras la reforma aprobada recientemente– para financiar sus cuentas. Los ingresos vía impuestos se empapan de los números rojos, con un desplome del 25%. Unos 1.400 millones de euros por debajo del mismo periodo del ejercicio anterior, lo que supone que la Agencia Tributaria deja de recibir en Galicia hasta cuatro millones de euros menos cada día.

Ninguna de las otras comunidades es una excepción. Las caídas en plena recesión económica son generalizadas, con un descenso medio en los ingresos tributarios totales cercano al 17%. Pero lo cierto es que muchas de ellas, como Galicia, están muy por encima de ese porcentaje. El recorte en Navarra supera el 73%; casi un 30% en Aragón; un 28% en Castilla-la Mancha; y más de un 27% en la Comunidad Valenciana y Andalucía, según el último informe de Hacienda. Con descensos menos fuertes que el registrado en los ingresos gallegos están Castilla y León, de un 24,1%; Murcia y Cataluña, ambas próximas al 23%; y Canarias, donde alcanza el 16,9%. Por último, las cinco regiones que logran aguantar mejor el tipo ante la crisis. La evolución de la recaudación en su caso es mejor que el comportamiento experimentado en el conjunto del Estado. Son Extremadura (-16,2%), Cantabria (-14,1%), Madrid y La Rioja (10,9%), y País Vasco (-1,7%).

El preocupante nivel en el que se han colocado los ingresos fiscales a finales del pasado ejercicio es la suma de continuos meses de bajadas acumuladas y de la comparación también con un ejercicio, el de 2008, en el que todavía no se notaron los efectos más graves de la crisis. Noviembre fue un mes especialmente malo. La caída media se situó en el 21%. En el caso de Galicia, 210 millones menos, se dispara hasta el -60,6%, el mayor batacazo de toda España, junto con el descenso del 57% experimentado en Extremadura.

Entre todos los impuestos, al que más le cuesta levantar el vuelo es al IVA. La tasa más vinculada al consumo. No sólo entre los hogares, sino también entre las grandes compras que firman las propias empresas para abastecerse de materias primas. Además del pinchazo de la actividad industrial, al gravamen que hasta ahora suponía el de mayor recaudación le afecta directamente el parón del mercado inmobiliario. Al cierre de noviembre, su aportación a la caja de Hacienda en Galicia no llegaba ni siquiera a los 1.000 millones, frente a los 1.500 que a esa misma altura del ejercicio suponía en 2008. La caída es del 35%.

El otro principal impuesto y del que luego se traslada también el 50% de la recaudación a la comunidad desde el Ministerio de Economía y Hacienda es el IRPF. El que se asienta sobre las rentas de los trabajadores. Aquí el lastre es el aumento del desempleo, aunque el descenso es mucho menor que en el acumulado en el IVA. De un 11%, hasta los 2.193 millones, en línea con la reducción media en el país y uno de los valores más bajos entre las comunidades, junto con Extremadura (-10,6%) y Madrid (-7,5%) y Cantabria (-4,3%).

Con la caída en ambos impuestos, los de mayor peso, la recaudación fiscal en Galicia hasta noviembre se queda en los 4.000 millones de euros, según la Agencia Tributaria. Un año antes, superaba los 5.300.