Montenegro pasa a ser Astilleros J.M. Armada y ultima un pedido para un barco 100% eléctrico

Será su tercera nueva construcción, otro rabelo para Portugal | Renombra las instalaciones de Teis tras “un buen año” 2023

La entrada de Astilleros J.M. Armada en Teis, con su nueve nombre.

La entrada de Astilleros J.M. Armada en Teis, con su nueve nombre. / Marta G. Brea

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Uno de las firmas más reconocidas del naval de la ciudad cambia de nombre. La dirección de Astilleros y Varaderos Montenegro, firma situada en Teis, ha decidido dejar atrás ese nombre para pasar a ser Astilleros J.M. Armada. Un rebranding que llega tras “un buen año” 2023, en el que llevó a cabo varias reparaciones navales de calado junto con la segunda obra de nueva construcción, y que anticipa otro 2024 positivo. De hecho, J. M. Armada se estrenará con la rúbrica de un nuevo pedido, ya que la atarazana está ultimando la contratación de otro barco de río, en este caso 100% eléctrico.

El origen de Montenegro se remonta a 1940 y durante muchos años se dedicó principalmente a trabajar con barcos de madera. La factoría, situada en la bajada a Ríos, vivió su época de mayor actividad cuando el extinto Astilleros MCíes alquilaba parte de sus gradas para la construcción de diversas embarcaciones. Sin embargo, los impagos de esta provocaron que en 2010 entrase en concurso de acreedores, un duro proceso que superó con nota.

Bajo la propiedad y dirección de Fernando Armada, en los últimos años la empresa se había convertido en un referente en reparaciones, principalmente de pesqueros, hasta que en 2018 retomó la construcción naval con un barco de 23 metros de eslora tipo rabelo, embarcación de río tradicional portuguesa. A aquella embarcación, bautizada como Socalcos, se unió el año pasado el Sousão, prácticamente igual a la anterior y encargada por el mismo armador luso, Magnífico Douro.

Según explica Fernando Armada, “el 2023 fue un buen año”, ya que además de la fabricación y entrega del barco de acero el astillero tuvo “mucha carga de trabajo, sobre todo en buques pesqueros tanto españoles como portugueses”. De hecho, todavía bajo el nombre de Montenegro realizaron la transformación de tres palangreros, además de otras reparaciones.

Astilleros J.M. Armada, antes Astilleros y Varaderos Montenegro, en Teis.

Astilleros J.M. Armada, antes Astilleros y Varaderos Montenegro, en Teis. / Marta G. Brea

En diciembre, la administración concluyó un proceso de fusión entre Astilleros J.M. Armada (absorbente) y Astilleros Montenegro (absorbida), manteniendo la misma propiedad, administración y dirección. Con ello, Fernando Armada llevó su apellido al nombre de la atarazana viguesa, así como el J. M., siglas para José María, su padre.

Bajo esta denominación, que ya luce en los carteles y los muros del astillero, la compañía continúa con sus actividades de varada y en lo que va de año ya trabajó en varios barcos, entre ellos un yate de 22 metros de eslora o un buque de investigación. “Las previsiones para este 2024 son buenas”, reconoce el responsable.

De hecho, en estos momentos la firma está ultimando la contratación de la que será su construcción C-103, otro rabelo de acero para una armadora lusa. Sin embargo, en este caso la embarcación tendrá una serie de particularidades. Así, será más pequeño que los anteriores, cuyos cascos fueron realizados por la calderera viguesa Cinnaval. Además, tendrá menos espacio para pasaje, pero los acabados serán de mayor calidad, creando un barco pensado para viajes “más de lujo”. Y, sobre todo, la mayor diferencia es la propulsión, ya que el barco será 100% eléctrico, siempre el primero de este tipo que hace el astillero y uno de los pocos creados en la ría de Vigo.

Suscríbete para seguir leyendo