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Los planes de la compañía

Pescanova SA aspira a que la CNMV le deje cotizar sin el plan de negocio del "holding"

Pretende volver al mercado "cuanto antes", pero la pesquera no le entregará su hoja de ruta hasta septiembre -El regulador le exige este texto y corre el riesgo de diluirse por completo

Alejandro Legarda, Fernando Herce, Diego Fontán y César Mata son consejeros de Pescanova SA. // M.G.B.

Nueva Pescanova SL, con una ratio de apalancamiento de 270 puntos y patrimonio consolido de apenas 3,4 millones, ejecutará a final de año una ampliación de capital. No está definido el importe y, oficialmente, tampoco el tipo de canje, pero la antigua matriz de la pesquera está obligada a suscribirla si quiere mantener el 20% que tiene en el holding. La única vía que baraja para capitalizarse es volver a cotizar -sus acciones están suspendidas desde marzo de 2013-, y se le agota el tiempo. La intención de Pescanova SA -la vieja matriz del grupo- era de cumplimentar todos los requisitos para regresar al parqué en julio, pero necesita el plan estratégico de la pesquera y ésta no lo terminará hasta septiembre. El consejo busca ahora "alternativas" para sortear este requerimiento de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y cotizar después de agosto.

El problema es de plazos. Si esperara a tener el plan estratégico en el que trabajan Ignacio González y su equipo -de Nueva Pescanova-, podría estar de vuelta en el Mercado Continuo en noviembre, justo cuando la multinacional quiere ampliar capital. Esto dejaría a la vieja Pescanova sin recorrido en Bolsa para captar dinero del mercado y acudir así a la ampliación. Si convence a la CNMV de que no es necesario entregar el plan de viabilidad, y contando con que agosto es inhábil, tendría posibilidades de cotizar desde septiembre. Lo cierto es que Pescanova SA solo dispone a día de hoy de las cuentas auditadas y aprobadas de la SL a la que traspasó todo el negocio, porque las suyas no han sido ratificadas por los accionistas -los convocará en julio- y tampoco tienen el visto bueno del auditor.

Son unos 9.000 los accionistas que se quedaron atrapados en el valor cuando la CNMV suspendió su cotización, y la mayoría no se desprendió de ellas a la espera de una solución que no ha llegado. Solo en el primer año tras la quiebra, como publicó FARO, el mercado gris -u opaco- bursátil movió el 17% de las acciones de Pescanova (4,8 millones de títulos). Pero el apetito por ellos se fue perdiendo conforme duraba el proceso de reestructuración y, sobre todo, cuando la banca asumió la tarea de pilotar su rescate.

"Es una obligación volver a Bolsa, pero yo cambiaría la estrategia del consejo", apunta uno de los socios de peso de la Sociedad Anónima. Son varios los accionistas que consideran que la vieja Pescanova no debería quedarse solo en tener el 20% de Nueva Pescanova y aprovechar para "hacer compras en el sector". Para ello tendría que elaborar su propio plan de viabilidad "real y factible" para que la CNMV entienda que no es solo una sociedad de cartera que puede quedarse sin su único activo en cualquier momento.

Los únicos ingresos que tiene, de hecho, son 250.000 euros que está obligada a abonarle Nueva Pescanova, que además sufraga gastos administrativos y legales por una cuantía máxima de 200.000 euros anuales. La multinacional cerró 2015 con pérdidas (proforma) de 32,4 millones, y el interés de la banca pasa por hacerla rentable y viable antes de venderla, no por las prisas por el reparto de dividendo.

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