Más de una veintena de auxiliares y proveedores vigueses de la automoción han diversificado su actividad en los últimos años para asegurarse un mayor volumen de trabajo en las épocas en las que la industria del motor reduce su demanda. Se trata en su mayoría de pequeñas y medianas empresas (pymes) que aprovechan su dominio en los subsectores del automóvil para dar el salto a actividades similares como la aeronáutica o el naval, o totalmente diferentes como los productos hospitalarios, el mobiliario urbano, la producción de colchones o la construcción de casas móviles de madera.

Esta tendencia de diversificación se acentuó desde 2008, tras el estallido de la crisis económica, que redujo los volúmenes de producción de vehículos en España a niveles de hace una década. Fuentes del sector explican que el desarrollo del sector de la automoción en Galicia permitió el dominio de los plásticos y el metal (incorporando procesos novedosos como la soldadura por láser), alentando la consolidación de un panel de proveedores y auxiliares altamente especializados a los que les ha sido relativamente fácil adentrarse en otros sectores.

Uno de los campos que más interés ha despertado en auxiliares históricamente vinculadas a la automoción (y también al naval) es la industria aeronáutica. En este sector la firma pionera es Delta Vigo, que comenzó su actividad en Peinador y que en la actualidad dispone de plantas en el Parque Tecnológico y Logístico de Valladares y en Illescas (Toledo), donde realiza encargos importantes para Airbus y otros constructores aeronáuticos (Bombardier, Embraer). Delta Vigo compagina su actividad para el automóvil (trabaja para PSA, Mercedes y GKN Driveline) con la aeronáutica.

Más reciente ha sido el salto a la aeronáutica de firmas como Utingal, Europrecis, Precisgal o Láser Galicia, entre otras. La mayoría ya forman parte del Consorcio Aeronáutico Gallego, impulsado por la patronal gallega del metal, así como de la sociedad Udega (Unión de Empresas Gallegas de Aeronáutica), encabezada por Utingal. Esta firma de Tui acaba de invertir 2 millones de euros en unas nuevas instalaciones para proveer a Airbus y al grupo brasileño Embraer, como avanzó FARO el pasado octubre. Pero en todas estas empresas, la automoción sigue aportando la mayor parte de su volumen de ingresos.

Entre las pymes viguesas del motor más diversificadas está Izmar. Esta compañía, que tiene sus instalaciones principales en Valladares (aunque ya está presente en México en alianza con Marsan y socios locales), está especializada en la fabricación y el mantenimiento de contenedores y trenes logísticos para la planta de PSA-Vigo y de otros fabricantes, pero también diseña y fabrica mobiliario urbano y sanitario, sillas de ruedas, ascensores, piezas para el naval e incluso pistas de pádel.

Otro caso destacado es el de Talleres Anbla, en Lugo, que reparte su actividad entre la fabricación de embalajes a medida para la industria de las cuatro ruedas y de casas móviles de madera. Su último producto son las cubiertas de piscina de madera laminada. En Mos, por su parte, la firma Valver, creada en 1986 para cubrir las necesidades del sector del automóvil en etiquetas tanto de interior como de exterior, es en la actualidad proveedor principal de la mayor fábrica de bicicletas de Europa, ubicada en Portugal y que trabaja casi en exclusiva para la firma francesa Decathlon.

Errecé Aplicaciones Industriales del Láser (que produce piezas y subconjuntos metálicos) también diversificó su actividad hacia la fabricación de mobiliario urbano (papeleras, maceteros, etc.), mientras que otras empresas como Útilvigo, Ganomagoga o MRF (Mecanizados Rodríguez Fernández) se han decantado por las energías, sobre todo las renovables. Otro ejemplo de doble actividad es Pirelo, que confecciona productos textiles para automoción, pero que también fabrica colchones bajo la marca Sanus.