Las perspectivas de futuro para el sector naval vigués se presentan dramáticas. Un informe interno que manejan los responsables de los astilleros señala que en 18 meses sólo quedarán en el sector –incluidas las empresas auxiliares– 1.000 puestos de trabajo de los 7.000 empleos directos actualmente existentes. El documento advierte de que el proceso está en marcha y que "la pérdida de puestos de trabajo ya se ha iniciado y se completará a mediados de 2011".

"Los 1.000 empleados que permanecerán en el sector se dedicarán a pequeñas reparaciones o para apagar y encender las luces o pintar las grúas. No hay carga de trabajo para mantener las plantillas", asegura un empresario.

El informe de coyuntura coincide en líneas generales con el presentado esta misma semana por la Asociación de Empresarios Metalúrgicos de Galicia (Asime) en el que se alertaba de una "cadena de expedientes de regulación" en el sector a partir del próximo año en los astilleros de las rías de Vigo y Pontevedra.

La falta de pedidos en 2009 provocará los expedientes de regulación en los astilleros, pero aún en el hipotético caso de que se realizasen nuevas contrataciones en los primeros meses del próximo año, la actividad tardaría en llegar a las gradas unos dos años.

El documento que manejan los responsables pone la situación más difícil todavía. En él se recogen unas declaraciones de Manuel Carlier, director general de la Asociación de Navieros Españoles, en las que afirma que "la ausencia de nuevos pedidos en 2009 se va a prolongar en el tiempo, quizás varias décadas".

Problema mundial

Lo que va a ocurrir en los astilleros privados gallegos no es ni más ni menos que un reflejo de lo que acontece a nivel mundial. El informe señala que en 2009 había una cartera de pedidos de 10.000 buques, que serán entregados en unos cinco años. "Supongamos cuatro años y 8.000 barcos teniendo en cuenta las cancelaciones de pedidos que de hecho se están produciendo. Al cabo de cuatro años se estará creando un incremento de flota teórico de 3.200 buques que habrá que sumar al exceso existente", avisa el documento.

El informe señala que para el mantenimiento de un nivel constante de flota, deberían construirse y desguazarse 1.200 buques cada año, lo que daría una edad media de 15 años. El desplazamiento de la edad media a 11,8 años indica que pesa más el número de buques jóvenes, por lo que se ralentizará el desguace en el tiempo. Por otra parte, la cartera de pedidos existente está en su mayor parte en manos asiáticas, mientras que los astilleros europeos, y los españoles en particular, terminarán sus encargos en uno o dos años y con malas perspectivas de nuevos contratos.

Los empresarios del sector naval afirman que "ante la brusca caída de las necesidades de transporte los navieros no tienen más remedio que ir a la reducción de flota". El informe hace referencia a un estudio del bróker londinense "Howe Robinson" que estima que un 11% de la flota mundial de portacontenedores está en la actualidad amarrada, pero señala que su número podría duplicarse en los próximos meses.

La falta de actividad en el transporte marítimo ha provocado que las cifras de desguace de 2009 sean más del doble que las del año anterior y multiplican por cuatro las de 2007.

Las navieras están también intentando, con la reticencia de los astilleros, cancelar parte de sus pedidos, lo que consiguen algunas veces ayudadas por la falta de financiación que encuentran los constructores navales.

El documento de los constructores navales vigueses recoge también un informe del astillero chino Diana en el que asegura que un 20% de los barcos que actualmente están en cartera no llegarán a botarse.