A Papa Noël, al igual que a los Reyes Magos, les aburre desde hace tiempo repartir regalos en forma de perfumes, cestas de baño o bufandas para el invierno. De tan prácticos que son, ya se han convertido en previsibles. Pero hay una solución, al menos para los dezanos: aprovechar el domingo y dar un paseo por el Mercado de Nadal. Instalado bajo una carpa en la Praza da Igrexa y con los cerdos de Lalín Pork Art como vecinos -girando en torno al árbol navideño-, el mercadillo aglutina 35 puestos de oficios artesanales, bisutería y alimentos. Buena parte de los vendedores son de Deza, pero también acudieron artesanos extremeños, portugueses e incluso de Francia.

La feria ofrece tanto galletas y pan de centeno con uvas y pasas de la marca Do Gaiteiro como una selección de licores que va más allá del sota-caballo-rey que suponen el licor café, el orujo y las hierbas. Uno puede descubrir el sabor del licor de chocolate, y de paso comprarse pimiento picante, en plena vorágine de matanzas, pero no olvidemos que estamos buscando un regalo que despierte una sonrisa. Así que en esta feria también puede encontrarse vajilla de diseño y factura marroquí, así como bisutería que pega con casi todos los trajes regionales, y minerales que aportan energía a quien los lleva a modo de joya. Hoy, el mercado cierra a las 19.00 horas, y a las 12.00 incluye la actuación de la Coral de Botos.