El PP tratará de forzar al gobierno a suprimir de cara a 2017 el impuesto de plusvalías y descarta negociar la rebaja del 15% propuesta por el gobierno local. El portavoz municipal popular, José Crespo, no oculta que no habrá acuerdo en las ordenanzas municipales y desvela algunos de los motivos sobre la posición de su partido. El líder del PP local dijo ayer que tiempo atrás había hablado con el alcalde, Rafael Cuiña, sobre la posibilidad de llegar a un pacto en temas tributarios y le avanzó que su partido defendería para 2017 un Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) con un tipo impositivo de 0,4. Tras alcanzar un principio de acuerdo, al grupo municipal le sentó mal e interpretó como una muestra de deslealtad que el ejecutivo local anunciase en solitario unos días después la bajada de la contribución. Crespo aludió en varias ocasiones a la desconfianza y cabreo que genera en su equipo los coletazos de Cuiña que, "un día dice que fui un gran alcalde y otro nos acuchilla políticamente". E insiste que por ello, "no es serio que te llame a negociar alguien que crea estos climas". Pero volviendo al acuerdo imposible de las ordenanzas. El popular explica que el concejal del gobierno Francisco Vilariño le dijo que tendría a su disposición los textos de las propuestas de cambios en las ordenanzas en el consistorio, pero que tras pasar en dos ocasiones por el concello un técnico municipal le dijo que no podía facilitárselas porque estaban incompletas. Luego, tras recibirlas, en ningún momento había referencias a posibles retoques de las plusvalías y por eso su grupo anunció una moción para su supresión. "Si este concello está tan bien económicamente y le sobra dinero, podremos ahorrarle recursos a los ciudadanos", apostilló. Por eso el PP planteó un no rotundo a conservar para 2017 el denominado técnicamente Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (IIVTNU).

José Crespo niega que con esta estrategia trate de ahogar al concello por una merma de ingresos. Así las cosas, expone que la bajada de la contribución supondrá para el próximo curso una caída de unos 400.000 euros y en torno a 200.000 de plusvalías: es decir, 600.000 euros solo en estos dos tributos, potestativo el segundo. Pero el portavoz popular también realizó sus cálculos y cree que la recaudación del IBI no solo no caerá a niveles que asegura el grupo de gobierno, sino que el balance será positivo. Explica que en 2017 se incorporarán al padrón las altas resultantes del proceso de regularización catastral iniciado este año y que, a vuelapluma, las nuevas inscripciones deberían suponer sobre medio millón de euros. Ahí, dice, entrarían en el padrón las edificaciones del rural, casas que no estaban dadas de alta, ampliaciones de inmuebles o incluso edificios que no tributaban. Y además de que se a estos particulares se le cargarán cuatro anualidades. Por eso mantiene que la administración local "tiene fuelle" para prescindir de las plusvalías. Pero además, el popular vincula el balance económico al remanente del año pasado, que ascendió a 1,5 millones de euros y cree que al cierre del actual habrá cerca de otro millón.

Además de evidenciar que llegar a acuerdos entre PP y gobierno se antoja muy difícil, Crespo volvió a asegurar que existen "muchos casos" de deslealtades entre el ejecutivo y su grupo. Y todo esto con la aprobación de los presupuestos para el próximo año a la vuelta de la esquina.