La carrera como futbolista de Uzal terminó mucho antes de lo esperado por culpa de una lesión de rodilla. Su trayectoria estuvo principalmente ligada al Estradense, en donde permaneció hasta los 26 años y en el que llegó a ser capitán. Finalmente decidió abandonar A Baiuca y lo hizo precisamente para seguir a su amigo Touriño, que acababa de hacerse cargo del Compostela. La aventura en la capital de Galicia terminó mal y tanto él como el entrenador no llegaron a terminar la temporada. Fue una época dura en la que además comenzaban a aflorar los problemas de rodilla, una lesión de la que nunca quiso operarse. Posteriormente pasó por equipos como el Silleda, en el que recayó de la lesión, Berres o Lamela. Finalmente decidió colgar las botas. A sus 35 años regresa al fútbol y lo hace de nuevo para unirse a su amigo Touriño como su ayudante en el Estradense.