- Y al día siguiente sorprendió verlo metido de nuevo en la pelea por la victoria en línea.

- En las primeras tres vueltas lo pasé muy mal y noté la paliza del día anterior. Me veía condicionado con respecto a gente que iba más fresca. Una vez pasados los primeros kilómetros ya fui de otra manera. Me metí en una fuga que ni yo contaba. Nos fuimos nueve por delante y hubo un momento que pensamos que nos dejaban ir. Al final nos echaron el guante a catorce kilómetros.

- Habla de esos dos días en Ponferrada como una aventura.

- La verdad es que sí. Ponferrada además es una zona especial. Fue un campeonato bonito en un sitio bonito.

- ¿Considera este triunfo una recompensa tras tantos años de trabajo?

- Nunca había vivido algo similar. Fue una saturación a través de las redes sociales y de los medios de comunicación. Parece que nunca hiciera méritos antes. Llevó catorce años en el ciclismo. En las escuelas me fue bien pero desde juveniles parecía que nunca lograba dar con el punto. No acabábamos de dar en el clavo. También tuve mala suerte, con una luxación de hombro, un atropello en 2012, la anemia... Este año hicimos cambios en la rutina de entrenamientos y parece que están dando sus frutos. Ahora toca luchar por seguir teniendo resultados.