La victoria sobre el Amenabar tiene doble mérito por las dificultades que afrontó el Octavio, muy limitado en efectivos desde la marcha de Salazar y Molins. Cerillo jugó lesionado; la escuadra sumó 37 tantos a pesar de que Diogo Oliveira, su segundo máximo artillero (81, por 96 de Óscar Silva), fue expulsado en el minuto 26 con roja directa antes de haber estrenado su cuenta. Ambos jugadores son, a día de hoy, duda para la visita al filial del Barcelona con la que se inaugura la segunda vuelta (sábado, 18.30).
Cerillo sufrió un pinchazo en el cuádriceps durante el entrenamiento del pasado viernes. Conocía la importancia del choque y forzó. Su cojera se hizo especialmente acusada en la segunda parte. Alcanzó, pese a todo, los doce goles. Visitará al doctor Quirós y es posible que descanse. El Barça B, aunque derrotado en Vigo, ha alcanzado su velocidad de crucero. Es cuarto ya y el único que ha doblegado al Teucro.
Diogo, que vio la roja por golpear a un contrario en el rostro, esperará el dictamen del juez único de Competición. Debería resolver el miércoles, pero no siempre es puntual. En el club no creen que la acción acarree suspensión.
