Ponteareas será sede de una empresa de vehículos de inercia que ha puesto en marcha Adrián Costas, de 21 años y natural de la parroquia ponteareana de Ganade, y su compañero Pablo Sobrino, de Ribadavia. Los dos presentaron su proyecto Inercia 2.0 al concurso Eduemprede Idea 2015, promovido por las consellerías de Educación e Industria, y ganaron el segundo premio dotado con 2.000 euros, que destinarán a la creación de una Sociedad Limitada.

Su proyecto empresarial busca proveer a los pilotos de deportes de inercia de todo lo que necesitan, "tanto en equipamiento como en vehículos u organización de eventos", explica Adrián, que como su compañero, está titulado en fabricación mecánica y es técnico de actividades físicas y deportivas.

Este emprendedor ponteareano y su compañero ya concluyeron la fabricación y el test de prototipos y actualmente están trabajando en su homologación. "Esperamos establecer la empresa en breve" asegura. Lo harán en Ponteareas, según explica Adrián, "por su proximidad a los proveedores y por comodidad".

Su actividad consiste en crear bicicletas, triciclos y otros medios de transporte para aficionados y profesionales de deportes de inercia. Han visto que "hay un nicho de negocio importante, ya que no hay casi empresas en el mundo que se dediquen a fabricar estos productos. Vimos que sería necesaria una fabricación profesional para quienes quieren competir, así que dedicamos tiempo a investigar y vimos que era factible", señala Costas.

Aunque se instalen en Ponteareas buscarán un mercado internacional a través de la venta por internet. Actualmente, los vehículos de este tipo más vendidos son los triciclos de derrape (drift trikes). Uno de estos modelos, completo con freno de disco hidráulico para alta competición tiene un precio aproximado de 420 euros. "Después existen otras modalidades bajo pedido y su precio va en función de las necesidades", señala Adrián, quien considera que las principales dificultades de emprender "empiezan por uno mismo, el miedo al fracaso. Una vez que las superas, vienen las dificultades de burocracia y financiación", señala.