La universidad no estaba al alcance de cualquiera hace cuarenta años como lo está ahora, por eso, personas con inquietud de aprender o que no pudieron estudiar una carrera cuando eran jóvenes, lo hacen una vez rebasados los 50.

Es el caso de Eduardo Cuntín, de 60 años, y Dolores Castro, de 59; un matrimonio de Mos que se matriculó en el programa académico de mayores de 50 años que imparte la Universidad de Vigo.

Él acaba de jubilarse y ella trabaja por cuenta propia. Fue Dolores la primera en animarse y, entonces, su marido que tenía que ir a llevarla y a recogerla decidió sumarse. "Bendita la hora que me anoté, estoy encantado" asegura Eduardo.

Ha sido su primer curso en el Cuvi y han aprobado todas las asignaturas. Han recibido lecciones de Geografía de Galicia, Historia de la Literatura, Ciencias, Biología, Lenguaje, Lengua gallega y Psicología.

Son más de 40 en clase aunque el cupo máximo de plazas se estableció en 50. "Nos gustaría que más gente se animase y que ampliasen el número de plazas, son clases muy dinámicas y hay mucha camaradería".

La mayor de todos ellos es una periodista jubilada de 80 años pero además son compañeros de un abogado de 77 y de un economista de 75 años, entre otros muchos; antiguos trabajadores de Citroën, médicos, empleados de banca, etc.

Asistían a clase durante cuatro horas por las tardes, en el primer cuatrimestre, cuatro veces a la semana y en el segundo, sólo dos días.

Algunos de ellos no habían estudiado nunca en la universidad y otros han vuelto para refrescar conocimientos y ampliar su curriculum académico.

Aseguran que los profesores se vuelcan con ellos porque, a diferencia de muchos alumnos jóvenes, "nosotros les rompemos la cabeza con preguntas sobre lo que damos en clase y debatimos. Mostramos interés".

Aunque Dolores y Eduardo aseguran que no hay competitividad entre compañeros y que el ambiente es muy sano, reconocen que se esmeran para intentar conseguir buenas notas.

Esta diplomatura para mayores consta de tres cursos que abre el acceso a matricularse después en otras carreras superiores, un paso que esta pareja mosense aún no ha decidido.