La céltica fue una de las camisetas que vistió Tita durante su etapa como futbolista. Tras comenzar en el Valladares, estuvo a las órdenes de Ferradás en el Sidra Mayador, equipo del Rocío. Y fue este técnico el que la quiso incluir también en el proyecto femenino que le encargó la directiva del Celta, entonces presidida por José Luis Rivadulla. La plantilla empezó a construirse en 1983 y debutó el 6 de enero de 1984 en Balaídos, en un partido que no se le olvida a la viguesa: "Le ganamos 4-1 al Alcobendas, un equipo que venía con mucha fama". Derviche escribió en FARO: "Las niñas del Alcobendas intentaron jugar a lo finolis, pero han sido superadas por nuestras representantes femeninas a base de entrega y lucha sin descanso por la posesión del cuero".

Tita anotó el tercer tanto de penalti, una suerte que siempre le correspondió ejecutar en todos sus destinos. Y fue distinguida como la figura celeste en alguna temporada. "Me entregó el trofeo Rivadulla", recuerda y asegura: "Teníamos un equipazo".

Aquel Celta estuvo activo hasta 1988. "Iba a vernos un mogollón de gente". El asesinato de Quinocho, cuando intenta abortar un atraco a las oficinas del club, dejó sin sostén la sección, que hoy muchos le reclaman a Mouriño que retome. También Tita: "Me encantaría y me gustaría además colaborar en lo que pudiera, echando una mano dentro o fuera del vestuario".