El Celta cierra la primera vuelta del campeonato con una victoria inmerecida (0-1) en casa de un Levante que tuvo oportunidades claras de remate para quedarse con los tres puntos. En esta ocasión, la fortuna sonrió a los célticos. Pione Sisto acertó uno de los dos únicos remates que realizó su equipo en todo el partido, aunque de poco serviría el tanto del internacional danés antes del descanso sin las dos extraordinarias intervenciones que realizó su compañero Rubén Blanco a remates de Boateng. Además, los locales desperdiciaron tres clarísimas ocasiones ante un rival que ha descubierto una mina de oro en el Ciutat de Valencia, donde ha ganado en sus cinco últimas visitas. En la de ayer, los celestes buscaban un triunfo que les redimiese de las culpas por la eliminatoria con goleada en la Copa y que les devolviese a posiciones próximas a los puestos europeos: el gran objetivo del club para esta temporada. En estos casos, se valora más lo práctico que lo estético y el Celta ayer se mostró resolutivo, fue en busca de lo que más le convenía, sin reparar en más detalles que anotar un gol más que el adversario. Y para marcar solo necesitó dos disparos a la portería de Oier Olazabal. El primero fue un flojo remate con la izquierda de Hugo Mallo. El segundo llegó tras un contragolpe que montaron entre Pione Sisto y Iago Aspas, en el que el danés logró plantarse ante el portero vasco para cruzar el balón al palo largo tras una precisa asistencia del moañés.

Aunque el partido pudo tener otro guion si Rubén Blanco no pusiese una mano prodigiosa en el segundo minuto de juego para sacar de la escuadra el balón rematado de cabeza por Boateng tras un saque de esquina del Levante.

El equipo granota se presentaba en el duelo ante los celestes con ganas de ponerse cuanto antes en ventaja en el marcador para calmar a una afición que lleva esperando cuatro meses por un triunfo en el Ciutat de Valencia y que abucheó a sus jugadores tras caer en la Copa ante el Espanyol.

Para ello, López Muñiz planteó un partido intenso, con gente veterana -como Coke, Luna o Morales-, añadiendo la fortaleza física de Lerma, Doukouté y Boateng. Había que estrangular los movimientos de Lobotka y de Pione Sisto, para dejar aislados a Maxi y a Aspas. Y el Levante consiguió su propósito porque los de Unzué solo pudieron disfrutar de un dominio infructuoso del balón.

Pero el Celta posee mucho talento individual y de ello se aprovechó ayer al no encontrar el juego fluido que le ha llevado a marcar en todos los partidos de Liga excepto ante el Atlético. De hecho, los de Unzué son, junto al Barcelona, los únicos que siempre han anotado al menos un gol como visitantes.

Y ayer no iba a ser una excepción, por mucho que los de López Muñiz les cerrasen todos los espacios. Aspas y Sisto encontraron una rendija por el costado izquierdo para montar una contra de libro, de las que se ensayan a menudo en A Madroa. Con su tercer gol en LaLiga, el danés recompensaba su pésima actuación en el Camp Nou y dejaba al Levante contra las cuerdas: no hubo más noticias de los granotas hasta después del descanso.

Pero todo cambió para el equipo valenciano con la irrupción en el campo de Jason Remeseiro, que reemplazó a Campaña.

El extremo coruñés revolucionó el juego de los granotas, sin que Jonny pudiese parar sus carreras por la banda derecha. A la fiesta se sumaron Morales, Ivi y Boateng, que comenzó a recibir centros de todos los estilos desde los dos costados. El ghanés, que llegó a Valencia procedente del fútbol portugués, tuvo en sus botas el gol del empate pero su remate a bocajarro lo despejó con los pies Rubén Blanco.

El mosense volvía a lucirse ante un rival que siguió buscando el gol sin tregua. El Celta había dejado de controlar el balón y quedaba a merced de un rival que disputaba los balones con mayor intensidad, fuerza y ambición. Le acecha la zona de descenso. En la siguiente ocasión granota, el portero del Celta le cerró los espacios a Morales y el capitán del Levante lanzó fuera.

Los de Unzué no podían ponerle pausa al juego y su ventaja en el marcador solo se sostenía por el acierto de su guardameta y el infortunio de los rematadores del Levante.

El técnico navarro esperó hasta el minuto 70 de partido para realizar el primer cambio. Dio entrada a Radoja por un Wass que apenas participó en el juego. El serbio tampoco dio la pausa necesaria a su equipo para evitar los ataques del Levante, que volvió a desperdiciar otra gran ocasión: Boateng mandaba por encima del larguero un remate franco.

El ghanés erraba así su tercera gran ocasión de la jornada en un tramo final de partido que los célticos vivieron con angustia porque en cualquier momento podía llegar el tanto de la igualada. En ese caso, los últimos minutos serían interminables para mantener, al menos, parte del botín. Además, el árbitro pasaba por alto un posible penalti de Roncaglia a Doukouré.

Pero el fútbol ayer quería regalarle al Celta parte de lo que le había negado en otras ocasiones de la temporada en las que se había quedado sin premio a pesar de mostrarse superior al rival. Como recordaba Unzué en las últimas comparecencias, el equipo vigués sumaba menos puntos de los que merecía.

Coke, que se soltó por la banda derecha cuando Sisto fue sustituido por Brais Méndez, protagonizó la última gran ocasión del Levante. El exzaguero del Sevilla y el Rayo Vallecano, que ha sido cedido por el Schalke 04 al club granota, también lanzó alto el balón en un remate ante un Rubén Blanco que estaba casi vencido.

El Celta concluía el encuentro con cinco defensas y un solo delantero, Aspas, reclamando la hora a un árbitro que nada quiso saber de las reclamaciones de Lerma sobre supuestos insultos racistas del moañés.

A pesar de jugar peor que el Levante, el Celta obtuvo ayer ese premio con el que se consolidan los buenos proyectos deportivos. Y el de Unzué va por ese camino, a pesar de las dudas que genera en una parte de la afición. Sin tener en cuenta la pifia del Camp Nou, sus últimas actuaciones invitan a la ilusión: triunfo holgado en el clásico gallego de Riazor, empate que merecía mayor premio ante el Real Madrid y tres puntos ante un Levante que realizó una de las mejores actuaciones de la temporada, según reconoció su técnico.