Algo más de un centenar de aficionados del Celta se acercaron ayer hasta las instalaciones deportivas de A Madroa para dar ánimos a la afligida plantilla celeste después de su eliminación en las semifinales de la Europa League a manos del poderoso Manchester United. Aprovechando la decisión del técnico de abrir al público el último entrenamiento del equipo antes de viajar a Vitoria (Álava), donde esta tarde se medirá en Mendizorroza al Deportivo Alavés en la Liga, los hinchas no quisieron perder la ocasión de mostrar cariño a sus héroes en horas tan bajas.

La decisión de Eduardo Berizzo, técnico del equipo, de aplazar el viernes, tras el regreso del equipo de Inglaterra, la sesión abierta esta semana debido al retraso en la llegada por el desvío del vuelo al aeropuerto de Santiago, retrasó 24 horas el reencuentro de la plantilla con los aficionados, que se esforzaron por dar ánimos a sus jugadores en un momento anímico tan complicado con cánticos de apoyo, -los hinchas entonaron en varias ocasiones el himno del Celta- y agitar de bufandas y distintivos durante la sesión preparatoria. Al final del entrenamiento, los futbolistas fueron correspondieron con aplausos a los gritos de ánimo de los hinchas.

El mayor revuelo se produjo a la salida de los futbolistas de la ciudad deportiva, donde los aficionados les esperaban para pedirles su autógrafo y fotografiarse con ellos. El más aclamado en la salida fue el entrenador Eduardo Berizzo, cuya continuidad en el equipo esta ahora mismo en el aire y a quien los aficionados despidieron coreando a pleno pulmón: "¡Berizzo, quédate, Berizzo quédate!".