La brutal entrada de Roberto Soldado a Marcelo Díaz durante el compromiso liguero disputado el pasado domingo en Balaídos entre el Celta y el Villarreal ha tenido secuelas cuyo alcance está por determinar. El violento golpe sufrido en el tobillo derecho le ha provocado una torsión en la rodilla que están evaluando los servicios médicos del club.

Marcelo Díaz se ejercitó ayer al margen del grupo en la vuelta al trabajo del equipo en las instalaciones deportivas de A Madroa y fue sometido a tratamiento de fisioterapia. Ya por la tarde, el centrocampista fue sometido a una resonancia magnética cuyo resultado se conocerá hoy y que va a permitir conocer con exactitud el alcance de la lesión y el tiempo previsto de recuperación.

A la espera del resultado de la prueba diagnóstica, las perspectivas de que Eduardo Berizzo pueda contar con el medio centro chileno para el decisivo compromiso de este jueves en Rusia frente al Krasnodar no son ahora mismo demasiado halagüeñas. Aun en el caso de que llegase a tiempo para disputar el partido, es probable que Berizzo decida no correr el riesgo de forzar su participación como medida preventiva. En las próximas horas, en todo caso, el técnico saldrá de dudas.

La confirmación de la lesión de rodilla de Marcelo Díaz ha tenido como contrapartida el regreso a los entrenamientos con el grupo del también chileno Pablo Hernández, ausente en los cuatro últimos compromisos del equipo del celeste por causa de una microrrotura fibrilar en el gemelo derecho.

El Tucu inició ayer el trabajo con el grupo, aunque de modo limitado, con lo que no dispone por el momento del alta médica. La evolución de la lesión y sobre todo las sensaciones que el futbolista tenga en las próximas horas serán determinantes para conocer si Berizzo lo incluye en la partida que viajará mañana a Krasnodar. El técnico se mostró ayer optimista.

Si se confirma, como parece, la baja de Marcelo Díaz para el partido contra los rusos, la vuelta de Hernández sería un gran activo para el medio campo del Celta en un partido a vida o muerte, en el que los de Berizzo se juegan nada menos que igualar el techo histórico del club en una competición europea.

El parte de enfermería celeste se completa con la situación de Rubén Blanco. El portero mosense se ha perdido los últimos tres partidos del equipo debido, en este caso, a un problema de mala cicatrización de la lesión sufrida en el muslo derecho a comienzos de enero. Tras pronosticársele un periodo de recuperación de unas tres semanas, si no se produce ningún retroceso, el guardameta podría volver a vestirse de corto ante Las Palmas, después del próximo parón liguero.