Muchos de los viajeros manifiestan su decepción por el hecho de que muchas de las iglesias y capillas por las que discurre el Camino están siempre cerradas. El motivo parece estar en la crisis de vocaciones y en el hecho de que un sacerdote debe atender varias parroquias a la vez por lo que no es fácil entrar en los templos en las horas de la caminata.