En el monte de Armenteira aparecieron también trampas en caminos hace un año. Éstas fueron descubiertas por aficionados al ciclismo de montaña, en una época en la que se descubrieron varios artefactos de este tipo en Galicia, sobre todo en el sur de la provincia de Pontevedra.

Con independencia de quien colocase la trampa de Armenteira, en torno al monte de Galicia suele haber numerosos intereses, en ocasiones enfrentados. Un ejemplo es el de los agricultores y los criadores de caballos en libertad. Pero también se ha puesto en el punto de mira en más de una ocasión el deseo de algunas comunidades de montes de restringir el paso recreativo a los mismos, para ponerle las cosas difíciles a los incendiarios y evitar, además, los daños en los caminos y la apertura de pistas entre la maleza. Un problema que afecta directamente a aficionados a la bicicleta de montaña, que son quienes más han sufrido las trampas.