Abal Varela consiguió en la reunión del jueves algo que no lograron en ocho años ni Tourís ni Aragunde: sacar de sus casillas y enfurecer a Víctor Caamaño. En el transcurso de la negociación, el candidato de Pode usó la famosa palabra "casta" para referirse a los representantes de los partidos tradicionales con los que estaba sentado, y el portavoz del BNG estalló preguntándole si alguna vez le había visto a él en un coche oficial o si había cobrado sueldo alguno como político.

Un acaloramiento que ejemplifica a la perfección una reunión tensa y poco productiva. Algunos miembros de las fuerzas de izquierdas ya iban con la mosca detrás de la oreja tras lo sucedido el martes, y de hecho ya se fue al grano al poco tiempo de empezar el encuentro.

Cuando Abal dejó claro que por nada del mundo apoyaría a Fátima Abal o Víctor Caamaño para alcaldes, porque los considera representantes de los partidos "tradicionales", se le preguntó si apoyaría entonces a Constantino Cordal, cabeza de cartel de Somos Cambados, que nació como candidatura ciudadana. Pero Abal también se negó.

El candidato de Pode aludía una y otra vez al caso de Torrelodones (Madrid) donde gobierna una lista vecinal. Se da la circunstancia de que Abal Varela copió casi textualmente en su programa varios de los compromisos de ese partido ciudadano. El concejal electo de Pode explica esto alegando que "es un caso de éxito en el que los vecinos se unieron. Y si allí fue posible, ¿por qué no en Cambados?".

Lo que quedó claro en estas reuniones fue la buena sintonía entre los partidos de izquierda. Todos iban de mano con Fátima Abal, y ayer se intercambiaron mensajes de elogios y gratitud.