El propietario de las viviendas de Galiñáns (Lores, Meaño) en las que entró la Policía Nacional ayer por la mañana es un marinero de 67 años. Asegura que ayer fue a llevar al colegio a una nieta adolescente, y que al llegar de regreso "encontré el furgón de la policía delante y la puerta de la entrada reventada. Lo primero que pensé es que me habían entrado a robar en casa y que la policía estaba allí para mirar, pero luego me dijeron que habían venido por un control de estupefacientes".

La casa está comunicada con otra, en la que vive una hija suya. Según el vecino de Meaño, de iniciales C.B.G., allí los agentes "encontraron cuatro ramas de marihuana", y también se incautaron de 500 euros que, según él, eran la recaudación de la venta de cupones de la ONCE, ya que un hijo suyo es ciego y vende lotería, así como unos 30.000 euros en joyas. Por la noche fue a denunciar los hechos en el cuartel de la Guardia Civil de Sanxenxo, al considerar injustificada la actuación policial.

Sostiene que "fui toda mi vida marinero y no es que no sepa lo que es ir arrestado. Es que no sé ni lo que es ir a un juzgado". Niega tajantemente tener vinculación alguna con el tráfico de estupefacientes, y sobre la marihuana supuestamente hallada en la casa que ocupa su hija dice que "a veces su pareja fumaba eso". Lo que sí dijo es que "a mi hija se la llevaron" (en referencia a la policía) y que a primera hora de la noche todavía no sabía donde estaba retenida. Es una mujer de 36 años que trabajó en un geriátrico y que ahora está en paro.

La policía no ha proporcionado detalle alguno de la operación, aunque parece ser que estarían buscando una partida de unos 20 kilos de cocaína cuya sustracción denunció una persona que, supuestamente, hizo una lista de posibles sospechosos, entre los que se encontraría un pariente de C.B.G.