Ovar, la ciudad de las 800 fachadas azulejadas

Además de albergar algunas de las mejores playas del Norte de Portugal, está considerada ciudad-museo del azulejo, una artesanía que aquí alcanza la excelencia

Las calles son auténticas salas de arte a cielo abierto, y las iglesias refulgen a cualquier hora del día, especialmente en el ocaso. Ovar, urbe luminosa situada cerca de Aveiro, puede presumir de artesanía colorista, donde la exaltación cerámica alcanza sus más altas cotas. El museólogo y profesor Rafael Salinas Calado dijo un día que el concello era “Museu Vivo do Azulejo”, expresión que resume un bien patrimonial único y diferenciador.

En Ovar hay unas 800 fachadas azulejadas, más de la mitad en el centro de la ciudad. Tanta diversidad convierte a cada calle en una sala de museo y hay mucho que ver, porque el valor de esta colección está en su diversidad. Motivos geométricos, florales, religiosos… se combinan con todos los colores, desde el tradicional azul y blanco a los tonos más fulgurantes.

El de Ovar está considerado uno de los conjuntos de azulejería más importantes del país, tanto por su cantidad y variedad como por su concentración en un solo municipio. Hay teorías que sostienen que la tradición del azulejo en la ciudad está ligada al regreso de los portugueses retornados de Brasil en el siglo XIX y comienzos del XX. Su riqueza se afirmaba exteriormente con el azulejo como elemento decorativo de las fachadas. Puede que fueran más llamativos y coloristas, pero este tipo de material se utilizaba ya por su resistencia y durabilidad en el revestimiento de las fachadas, próximas al mar.

Iglesia de Cortegaça

Iglesia de Cortegaça / @cortegaça.pt

Calles como Alexandre Herculano, José Falcão, Padre Ferrer o la Praça da República, entre muchas otras, exhiben paneles de todos los colores. Y la iglesia de Válega es, sin duda, una de las más impresionantes. Un verdadero templo dorado que brilla más aún con los rayos del atardecer. La de Cortegaça, con sus azules y blancos, se eleva al cielo, lo mismo que muchas otras capillas, fuentes e incluso cementerios.

Iglesia de Válega

Iglesia de Válega

En la ciudad existe una Rua do Azulejo con visita guiada gratuita que recorre principalmente las calles del centro histórico. Basta anotarse en la Oficina de Turismo –en el edificio del Ayuntamiento-Paços do Concelho– para disfrutar de este arte colorista a lo largo de casi una veintena de fachadas con una hora de duración. Además, el concello dedica el mes de mayo a los azulejos y se imparten talleres prácticos sobre esta artesanía. Para salvaguardar, valorizar y preservar el patrimonio cerámico de este municipio, en el año 2000 se creó el Atelier de Conservação e Restauro do Azulejo (ACRA) de la Câmara Municipal de Ovar.

Ruta del azulejo en Ovar

Ruta del azulejo en Ovar

Qué ver: Valega

Fulgor dorado

Panelada desde los cimientos al campanario, la iglesia parroquial de Válega es una maravilla del arte de la azulejería, considerado uno de los templos más hermosos de Portugal. Todo el interior está decorado también con esta artesanía cerámica.

Ovar, un gran museo de azulejos al aire libre

Ovar, un gran museo de azulejos al aire libre / CM Ovar

Visita obligada: playas

Naturaleza pura

Ovar destaca también por sus playas de kilómetros rodeadas de dunas y vegetación donde disfrutar de agradables paseos. Esmoriz, Cortegaça, Furadouro o São Pedro de Maceda son algunos de estos paraísos naturales.

Gastronomía: Pão de Ló

El postre de los postres

En un territorio marcado por la tradición de la pesca, los manjares marinos están siempre en la mesa. Y a cualquier hora, el pão de Ló de Ovar, un bizcocho a base de harina y huevos convertido en emblema de la repostería típica portuguesa.