Ya hace mucho que las historias dejaron de acabar con un "y fueron felices y comieron perdices". Los guionistas, al menos los interesados en el drama, saben que lo interesante viene después y que puede llegar a su cénit en un divorcio, como ya demostró la brillante "Kramer contra Kramer", de la que "Historia de un matrimonio" parece una actualización. Baumbach saca un extraordinario rendimiento cinematográfico a la crisis de pareja. Pero, para lograr prodigios como esta obra, hay que contar con un perturbador guion que imite a la vida al milímetro y con una pareja de protagonistas -Scarlett Johansson y Adam Driver- que consiguen que nos lo creamos todo sin rechistar. Magnífica.
Cuando se acaban las perdices