Sanidad da un nuevo paso en su plan antitabaquismo. Se fija en el empaquetado de las cajetillas y quiere que todas sean iguales, sin ningún distintivo, ni colores o marcas. Como algunos envases que ya se ha puesto en marcha en Australia, Reino Unido o Francia. Según algunos cálculos, esa medida, junto al encarecimiento del tabaco, dice la OMS, reduciría el número de fumadores un 15 por ciento. En España estiman que dejarían de fumar unas 285 mil personas. Cada vez hay menos fumadores en el mundo. O lo que es lo mismo, cada vez menos clientes para la industria tabaquera. En el año 2000, 1 de cada 3 mayores de 16 años fumaba. Ahora la cifra ha bajado a solo 1 de cada 5. Pero sigue habiendo 1250 millones de fumadores. La industria tabacalera hace todo lo que está en su mano por mantener esa cifra lo más alta posible. Una de esas formas es los vapeadores y los cigarrillos electrónicos, cada vez más consumidos por los jóvenes. Aún no están regulados y la industria lo aprovecha. Las nuevas medidas de Sanidad buscan quitarle todo el glamour al producto, ya sea eliminando los aromatizantes o cambiando el empaquetado. Para que comience a ser visto como lo que es, un auténtico veneno para el cuerpo.