La senda de madera que conecta la playa más popular de Coruxo con el arenal nudista de Fontaíña cuenta con decenas de tablones levantados, astillados o directamente rotos “desde hace varios años”. Así lo denuncian los vecinos de la parroquia y otros vigueses que acuden a disfrutar de la misma en cuanto el buen tiempo lo permite y que ya han sufrido varios accidentes. Es el caso de María Dolores González, quien el pasado 24 de marzo acabó con la fractura de dos costillas al saltarle una de las tablas del mismo. “Se me puso delante una viga de 1,5 metros y salté por los aires” relata sobre un percance que le dejó también negrones por toda la pierna, rascazos en los brazos así como “confusión y dolor” que le impidió cumplir su principal objetivo: dejar constancia mediante un atestado a la Policía para que no se repitiera.